Jubileo de los sacerdotes y seminaristas: “¡No la distancia, sino el encuentro con la gente!”El papa Francisco instó a los sacerdotes a tener “el corazón del Buen Pastor” que busca, incluye y se alegra en Cristo. “Es un corazón que no privatiza […]¡Mal el pastor que privatiza su ministerio!”, dijo durante la celebración de la misa con motivo del Jubileo de los sacerdotes y seminaristas este viernes 3 de junio en el Vaticano.
En la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el Papa pronunció su homilía en el sagrado de la Basílica vaticana para exhortar a los pastores de la Iglesia a fijarse en dos corazones: “el del Buen Pastor y nuestro corazón de pastores”.
Tras la proclamación del Evangelio en medio de la misa jubilar, invitó a los sacerdotes a preguntarse: ¿A dónde se orienta mi corazón? Porque —dice Jesús— “donde estará tu tesoro, allí está tu corazón” (Mt 6,21).
“Los tesoros irremplazables del Corazón de Jesús son dos: el Padre y nosotros (la gente). Él pasaba sus jornadas entre la oración al Padre y el encuentro con la gente. También el corazón de pastor de Cristo conoce sólo dos direcciones: el Señor y la gente”, dijo Bergoglio ante unos dos mil sacerdotes y seminaristas.
El Papa pidió sacerdotes con el corazón abierto hacia Jesús y las personas que les confi:. “¡No la distancia con la gente, sino el encuentro con la gente! El corazón del sacerdote es un corazón traspasado por el amor del Señor”, dijo.
El pastor no tiene”un «corazón bailarín”, que se deja atraer por las seducciones del momento, o que va de aquí para allá en busca de aceptación y pequeñas satisfacciones, es pecador; es más bien un corazón arraigado en el Señor, cautivado por el Espíritu Santo, abierto y disponible para los hermanos”, agregó.
Para ayudar a que los sacerdotes tengan “el fuego de la caridad de Jesús, el Buen Pastor”, sugirió “tres formas de actuar”, según las las Lecturas de hoy: “buscar, incluir y alegrarse”.
Buscar
El sacerdote se aventura sin titubear más allá de los lugares de pasto y fuera de las horas de trabajo.
No aplaza la búsqueda, no piensa: “Hoy ya he cumplido con mi deber, me ocuparé mañana”, sino que se pone de inmediato manos a la obra; su corazón está inquieto hasta que encuentra esa oveja perdida. Y, cuando la encuentra, olvida la fatiga y se la carga sobre sus hombros todo contento”, sostuvo.
Incluir
El sacerdote de Cristo: “Con mirada amorosa y corazón de padre, acoge, incluye, y, cuando debe corregir, siempre es para acercar; no desprecia a nadie, sino que está dispuesto a ensuciarse las manos por todos. El buen pastor no sabe qué son los guantes”.
Alegrarse
El sacerdote como el Buen Pastor vive una alegría espiritual. “Para él, la tristeza no es lo normal, sino sólo pasajera; la dureza le es ajena, porque es pastor según el corazón suave de Dios”.
El Obispo de Roma recordó que en la celebración eucarística es donde “encontramos cada día nuestra identidad de pastores”.
“Cada vez podemos hacer verdaderamente nuestras las palabras de Jesús: “Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros en sacrificio”. Este es el sentido de nuestra vida”, constató.
Agradecimiento del Papa
Al concluir la ceremonia que clausura del jubileo de los sacerdotes y seminaristas, dijo: “Os agradezco vuestro ‘sí’ y por tantos ‘sí’ escondidos cotidianamente que solo el Señor conoce. Os agradezco vuestro ‘sí’ a dar la vida unidos a Jesús: aquí está la fuente pura de nuestra alegría”.
Y luego de quitarse los vestidos de ceremonia, el papa Francisco saludó personalmente a varios de los sacerdotes presentes en la plaza de San Pedro y a los cuales dedicó ayer una jornada de retiro espiritual con tres sentidas predicaciones para llamarlos al servicio humilde y desinteresado a la Iglesia y los fieles, lejos de buscar dinero, poder o posición.
Lee el texto completo de la homilía aquí.