Capellanes europeos participan en el encuentro “Radicalización en las cárceles: una visión pastoral”
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La lucha contra el terrorismo también necesita de una atención humanitaria y espiritual en las cárceles para evitar la radicalización islámica; están convencidos de ello los capellanes europeos reunidos entre el lunes y el martes en el Consejo de Europa de Estrasburgo.
El Papa apoya a sus sacerdotes en la cárceles europeas para que sean precursores de misericordia, dignidad y perdón dentro del sistema penal, incluso trabajando con los líderes de otras religiones para alejar a los presos de la amenaza del radicalismo y el odio fundamentalista.
En efecto, Al-Baghdadi, líder fundador de Estado Islámico, según expertos, alimentó su odio por Occidente desde la cárcel estadounidense Camp Bucca en Irak.
Es decir, cabe la posibilidad lógica de que un sistema penitencial deshumanizado pueda crear “monstruos” de odio y de violencia.
De hecho, el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, envió un mensaje en nombre del Pontífice a los participantes en el encuentro, titulado Radicalización en las cárceles: una visión pastoral.
“No se trata solo de luchar contra la radicalización, sino de proteger la dignidad humana de quien está en la cárcel”, confirman los capellanes. Los derechos humanos son terreno fértil para trabajar en la reinserción en la sociedad.
En este contexto, el imperativo, no declarado, es acompañar a los presos porque pueden llegar a ser presa fácil y abrazar los actos de violencia del grupo yihadista Estado Islámico, adoctrinados a través de múltiples tentáculos que llegan hasta las cárceles europeas.
Por su parte, Paolo Rudelli, Observador permanente de la Santa Sede en el Consejo de Europa, explicó que la radicalización no es una cuestión “marginal” en las cárceles y está “relacionada con la cohesión social”.
“Nuestros gobiernos europeos reflexionan desde hace mucho tiempo sobre este problema, así como las organizaciones internacionales”, añadió Rudelli.
Capellán e imam juntos por la dignidad humana
De ahí que los capellanes católicos busquen unirse para colaborar asimismo con los responsables religiosos de otras confesiones, especialmente del islam. En algunos casos, la colaboración ya existe a nivel nacional, como en Italia y España. Sin embargo, se requiere una mayor coordinación transnacional europea.
El Estado Islámico nació en una cárcel
Según un reportaje de la BBC de 2015, la prisión contribuyó a formar la mente del mayor terrorista del planeta.
En este sentido, la teoría de los expertos es que el Estado Islámico empezó en una prisión de EE.UU., en la ciudad de Basora. Abu Bakr al-Baghdadi, el futuro –autoproclamado- califa, tenía 33 años cuando en febrero de 2004 llegó a una cárcel estadounidense en medio del desierto de Irak.
“Antes de su detención, Al Baghdadi y otros eran radicales violentos (…), pero su tiempo en prisión hizo más profundo su extremismo y les dio la oportunidad de aumentar el número de seguidores”, escribió el militar Andrew Thompson en el diario The New York Times en noviembre de 2014, citado por la cadena estatal británica.
Los presos y la misericordia de Dios
Por su parte, el papa Francisco envió a “todos los que están al servicio de las comunidades carcelarias su solidaridad en la oración y su profundo agradecimiento por sus esfuerzos en la defensa de la dignidad humana de todos los que se encuentran en la cárcel”.
En pleno año de la misericordia, el Papa “agradece también a los capellanes de prisiones por asistir a los detenidos en la celebración del Año jubilar de la Misericordia fructuosamente: ‘En las capillas de las cárceles podrán obtener la indulgencia”, confirmó.
El Pontífice explicó que cada vez que los presos pasen “por la puerta de sus celdas, dirigiendo el pensamiento y la oración al Padre, este gesto puede significar para ellos pasar por la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de transformar los corazones, también es capaz de transformar las barras en experiencia de libertad”.
Además de agradecer al Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa, a la Comisión Internacional de la Pastoral de las Cárceles y a la Misión Permanente de la Santa Sede por haber organizado este evento tan importante, el Papa envió “su cordial saludo a todos los participantes”.