Áspera y sucia, la película del cineasta jordano Naji Abu Nowar trata sobre un niño y su traumático paso a la madurez
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Con frecuencia el desierto nos ha evocado imágenes poéticas y hermosas. Parece lógico. Los grandes espacios abiertos y su naturaleza cambiante y confusa no solo se prestan a definir muy bien a los personajes sino que además resultan decorados fastuosos y sugerentes. Y si hablamos de espacios abiertos, resulta inevitable acordarse del western.
El director jordano Naji Abu Nowar dijo que Theeb, era una especie de versión árabe de El bueno, el feo y el malo. Y se nota. La película de Abu Nowar es un relato del oeste solo que cambiado el desierto del Almería por el del sur de Jordania, y poniendo camellos en lugar de caballos.
Theeb, que árabe significa lobo, es el nombre de un niño que vive en una tribu perdida del imperio Otomano. Estamos en un momento de la historia del lugar muy complicado pero por fortuna no hace falta conocer al detalle cual era el estado de la cuestión.
Allá por los primeros años del siglo XX, entre los árabes había muchos ingleses, uno de ellos fue el legendario Lawrence de Arabia, pero no es éste el oficial británico que termina en la tribu de Theeb. Con una misteriosa misión bajo el brazo, el militar es guiado por el desierto por dos hombres y Theeb, que consigue seguirlos hasta que no tienen más remedio que llevárselo con ellos.
Theeb está rodada con la contundencia de un cineasta que en absoluto parece un director novel que ha rodado con su ópera prima una cinta brillante de ribetes clásicos. Filmada con notable pulso y dejando que las cosas transcurran en su debido momento Theeb es un largometraje en el que el desierto casi se puede palpar con la mano.
Áspera, sucia y cruda, el film de Abo Nowar resulta un traumático paso de la niñez a la madurez en un mundo hostil atestado de asesinos y ladrones y donde Dios solo está en las oraciones de quienes llevan un fusil dispuestos a matar como modo de vida. Como el padre de Theeb le dice al empezar la película, “si los lobos te ofrecen su amistad, no te confíes. No estarán a tu lado cuando te enfrentes a la muerte”. Lo que no sabía Theeb cuando escuchaba aquellas palabras es que él era el auténtico lobo.