La presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo fue recibida por el Pontífice argentino en su residencia de Santa Marta, en el Vaticano“Me parece que Bergoglio, cuando se transformó en Francisco, creció más todavía. Y se lo dije, le dije que me disculpaba porque me había equivocado”, sostuvo en la tarde romana del viernes 27 de mayo, la titular de la asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini (87 años) luego de ser recibida por el Pontífice.
Según dijo a la prensa en un hotel romano – después de la audiencia privada que se extendió por más de una hora-, “uno tiene que reconocer cuando se equivoca y eso hacemos las Madres”, con respecto a los insultos proferidos en el pasado contra el cardenal Jorge Mario Bergoglio.
Bonafini, fundadora y presidenta de la Asociación Madres de Plaza de mayo desde 1979, que llegó a la cita en silla de ruedas reveló, “tal vez no conocíamos demasiado el trabajo de Bergoglio”. En sus declaraciones a los periodistas sobresalió el valor del perdón, aceptar sus propios errores y picar en la historia para abrir un canal de diálogo que puede inspirar a su país.
Lo que ocurrió en el Vaticano puede ser leído desde los ojos de la misericordia y “la mansedumbre del pastor” universal que intenta representar Francisco o de aquellos con la mirada interesada y politizada, agitada en etiquetas de adversario o simpatizante partidista.
El Obispo de Roma ya había tratado de evitar esta instrumentalización, al afirmar, “si Hebe de Bonafini me usa o no me usa, esto no es mi problema”, dijo en un e-mail a un amigo y referido por la agencia Telam.
Lejos de insidias del pasado, la huésped con un pañuelo blanco en su cabeza comenzó contando que la ubicaron en una sala en la que enseguida apareció el Papa: “Nos abrazamos un rato largo y nos sentamos uno al lado del otro”.
Con relación a un posible viaje del papa a su tierra natal refirió, “nosotros esperábamos que viniera este año pero no puede. Me dijo que no me conocía, así, como le estaba hablando a él. Fue muy cariñoso conmigo, me trató con mucho afecto, permitió que todos los compañeros que no estaban anotados y me acompañaron, entraran.
Pasaron muchas cosas que para nosotros son muy importantes y nos demuestran que Francisco está con el pueblo y no con los poderosos”, constató.
La reconciliación
En el pasado, Hebe de Bonafini ha llamado a Bergoglio “basura fascista”. Apenas elegido como pontífice en marzo de 2013, la presidente de la Asociación, manifestó que 150 sacerdotes fueron asesinados durante la dictadura y acusó que la Iglesia nunca reclamó por ellos.
“Nosotros tenemos relación con los sacerdotes del tercer mundo y sobre el Papa elegido ayer, podemos sólo decir Amén. No tenemos otra declaración”, dijo en aquella ocasión.
Lo que muchos no entendían es como Francisco recibiría a un personaje tan controvertido en el Vaticano, más aún en la intimidad de su residencia y en medio al actual río revuelto de la política argentina, torbellino inclemente hasta con la figura del Pontífice y del que emerge, entre otras orientaciones, los asuntos públicos de Bonafini.
En este sentido, el papa Francisco comentó a Luis Liberman, director de la Cátedra del Diálogo y Cultura del Encuentro de la Fundación Panamericana para el Desarrollo Integral de Altos Estudios: “Por Bonafini no tengo más que misericordia, porque a la mujer le mataron a los hijos. A una mujer así no le cierro la puerta porque lo que veo allí es el dolor de una madre”.
Desde su elección como sucesor de Pedro, Francisco ha autorizado la clasificación y apertura de los archivos del Vaticano sobre el periodo de las desapariciones en Argentina (1976-1983).
Bonafini aseguró: “En realidad, no hablamos de los desaparecidos. Él me preguntó cómo eran mis hijos y ahí hablé un poco de ellos. A mi hijo mayor se lo llevaron junto a un sacerdote porque trabajaba con la iglesia del Tercer Mundo.
Un poco hablamos de eso pero yo no vine a hablar cosas personales, ni de las Madres, ni de los juicios. Sí le conté que están intentando llevar a la ex ESMA a los marinos para que aceptemos compartir con ellos ese espacio. Eso no lo vamos a aceptar”, indicó.
Borrón y cuenta nueva
En otro momento sostuvo que durante la conversación con el Pontífice le contó varios episodios de la situación actual de la Argentina, “no le contamos ninguna mentira, sino hechos concretos”.
“Hemos trabajado varios meses para eso. No le vine a contar fantasías, sino lo que nos pasa. Somos un pueblo que sufrió demasiado y que fuimos felices durante doce años. Tal vez, por eso, no estábamos preparados para esto. Hay que prepararse para la solidaridad porque hay miles sin trabajo”, dijo.
Bonafini abandera la lucha contra la impunidad en Argentina. Ella ha manifestado su rechazo a la injerencia del neo-liberalismo en su país y la indiferencia del sistema económico contra los más débiles.
Por último, sobre la relación de la Iglesia y las Madres a partir de su encuentro con el Papa respondió: “No sé cómo será la relación con la Iglesia a partir de ahora. Nosotros tenemos mucha relación con los curas que trabajan en las villas pero no con los obispos. Ellos son muy conservadores. Eso se lo dije al Papa, que los obispos eran muy conservadores. Los sacerdotes son una maravilla”.
Cabe recordar que el papa Francisco en noviembre de 2014 ha recibido a Estela de Carlotto, presidente de la Asociación las Abuelas de Plaza de mayo, encuentro igualmente complicado y cargado de significado.
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