Puedes ponerles en peligro sin querer, o perjudicarles en el futuro
La bonita foto de su primer baño, o cuando se disfrazó de artista y se puso a hacer muecas, o cuando se puso a cantar como Tina Turner… Cada día papás de todo el mundo comparten millones de fotos y videos de sus hijos en las redes sociales, como las compartirían con sus amigos o conocidos.
Pero las redes sociales son un peligro para los imprudentes: una mala configuración de los settings de privacidad de tu muro de Facebook o un tuit despreocupado pueden tener graves consecuencias para los niños ahora y en el futuro.
Hay redes de pederastas y otros delincuentes que están al acecho de fotos y material que incluso podría no ser considerado potencialmente peligroso.
Pero además, dado que la red tiene “memoria”, ¿te imaginas que ese video gracioso de tu hijo pudiera ser utilizado dentro de 10 años por sus compañeros de instituto para hacerle “bullying”? ¿O para desacreditarle el día que se enfrente a una entrevista de trabajo?
Si publicas cada gracia de tu hijo en la red, es posible que le transmitas a tu hijo/a esa tendencia y quizás dentro de unos años te sorprenda la naturalidad con la que comparte aspectos de su vida adolescente o juvenil que definitivamente preferirías que hubiera mantenido en la intimidad.
O quizás al contrario, huya de las redes sociales y te eche en cara tanto exhibicionismo no escogido…
Piénsalo dos veces, antes de compartir sus fotos.