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Ese recuerdo que te cambia el día

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Patricia Navas - publicado el 27/05/16
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Lo que un policía me contó una vez

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El otro día coincidí con un policía en la barra de un bar. A la hora de pagar, hizo un comentario con cara de aburrimiento.

– Pues a volver al trabajo, estoy cansado, ¿y total? Sólo para cobrar a fin de mes.

Me lo quedé mirando, apenas le conocía pero…

– Hombre, sólo por dinero no. Usted ayuda a la gente, seguro que su trabajo le proporciona muchas satisfacciones.

– Pues sí… Recuerdo una vez, creo que ha sido el día en el que alguien se ha alegrado más de verme de toda mi vida. Fue una anciana. Se había caído en su casa y llevaba casi tres días en el suelo sin poderse levantar. Extrañada porque hacía días que no la veía, una vecina nos alertó. Echamos la puerta abajo y allí estaba ella. ¡Me dio un abrazo! Ha sido la experiencia más reconfortante de mi trayectoria como policía.

Los ojos de aquel agente con aspecto de tipo duro brillaban al recordar. Hace poco tiempo, la anciana murió y como suele pasar en los lugares pequeños, resultó que el policía conocía al hijo de aquella señora. Coincidieron en el funeral y recordaron juntos aquel episodio que los marcó.

Dice el estudio Las carreras de los Millenials: visión 2020, publicado recientemente por una empresa de trabajo temporal, que los jóvenes siguen trabajando esencialmente por dinero, que eso de que los millenials no priorizan el salario para escoger un empleo es un mito.

Claro que un sueldo digno ayuda a realizar mejor el trabajo, con una mayor estabilidad y probablemente motivación, pero esa conclusión me parece una generalización bastante desesperanzadora.

A veces sólo una pregunta en el momento de pagar el café te ayuda a darte cuenta de que es mucho más que dinero lo que hace brillar tus ojos.

Y hay algo más: el bien que haces no queda sin recompensa, ¡aunque sea la de tu propio bien emocional, la de aumentar tu ilusión por la vida y la de volver a llenar de sentido esa rutina que a veces es tan difícil de sobrellevar!

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