Facundo Arana ya quiso coronar esta cima para proponerle matrimonio a su mujer
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El argentino Facundo Arana, estrella de telenovelas en su país, alcanzó la cima del Monte Everest tras el intento fallido de 2012. En aquella ocasión, había intentado hacer cumbre en el pico más alto del mundo para desde allí ofrecerle matrimonio a su pareja, María Susini. Un edema pulmonar se lo impidió. Igual se casó, y hoy, con su mujer y sus tres hijos esperándolo abajo, alcanzó la meta.
La historia de Facundo Arana ofrece rasgos de permanente superación.
A los 17 años, estuvo al borde de la muerte por un linfoma de Hodgkin. El pronóstico en el sanatorio en el que estaba ingresado llegó a ser tan malo que se pensó en enviar al joven a la casa para esperar un inminente desenlace. Pero sobrevivió.
La enfermedad le dejaría secuelas, le comentaron aquellos años. “Desde los 17 a los 36 pensé que no podía ser padre; me dijeron que con Dios de muy buen humor y viento de cola tal vez algún día…y con la ciencia avanzando”, recordó tiempo después.
En 2008 nació India. Y un año después los mellizos Yaco y Moro. Había iniciado una relación con María Susini en 2007.
Tras el fallido intento en el Everest, Arana, reconocido aventurero, subió a un helicóptero con María y tras alcanzar el punto más alto posible le dijo: “¿No es este el lugar más lindo del mundo? Y como lo es, te pido acá que te cases conmigo”.
A finales de 2012, un viernes, y con la sola compañía de sus hijos y el sacerdote, contrajeron matrimonio.
María y los tres hijos aguardan en Nepal el descenso de Facundo, movimiento que requiere tantos cuidados como el ascenso al Everest.
Arana tiene una extensa experiencia como montañero. Hizo cumbre en el Monte Aconcagua por primera vez en 2003. También en 2010 y 2012, movido por la misma causa, la que por estos días también buscó llevar al Everest: la concienciación para la donación voluntaria de sangre.
Otra bandera que se proponía Arana desplegar era la de ACTIRA, Asociación de personas con cáncer de tiroides de la República Argentina.
El compromiso de Arana también puede ser testimoniado por pacientes de la Fundación para Combatir la Leucemia, a quienes ha visitado para acompañar en los difíciles momentos como los que a él le toco enfrentar a los 17 años.
Además del desafío personal y las banderas solidarias enarboladas por Arana, esta cumbre en el Everest evoca una obra teatral con la que Arana recorrió el país para concienciar sobre la importancia de la detección temprana del cáncer: “Poder…se puede”.
En ella el actor encarna a un viejo alpinista que acompaña a un joven que acude a él en busca de consejos, apenas enterado de una grave enfermedad.
El clímax de la obra se alcanza cuando ambos se proponen la hazaña, quizá la última, de subir una gran montaña.
