Descubre si estás “enganchado” al WhatsApp y aprende cómo “desconectar”
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Cuando fue designada para escribir este artículo, por uno de mis grupos en WhatsApp, confieso que, de cara, hice un autoanálisis. Quería descubrir si estaba también viciada con la app, teniendo en consideración tantos síntomas que lo señalan.
Entonces, me encontré con esta lista que muestra algunos signos, tipo: quedarse con el celular en la mano cuando estas en una reunión de amigos y sin darte cuenta de ello; buscar tus grupos en todo momento, incluso aunque no tengas mensajes nuevos; desplazar la pantalla buscando mensajes sin leer, aunque estés seguro de que ya los leíste todos; no escuchar ni prestar atención a nada alrededor cuando estás con el celular en la mano; atrasar el trabajo/clase o atrasarse en los compromisos porque estás “conectado” a la app. Y los dos últimos, más graves: cambiar repentinamente de humor cuando el celular está descargado o cuando lo olvidas en casa; dejar de viajar si no tienes señal de internet en el lugar de destino.
Los psicólogos llegan hoy a ofrecer tratamiento para el vicio de WhatsApp. Jóvenes entre 18 y 30 años están entre los más afectados por esa dependencia. Con más de 100 millones de usuarios en Brasil, el servicio se ha vuelto indispensable para quien quiere mantenerse en contacto con la familia, amigos e incluso hacer negocios. Pero, por desgracia, no somos conscientes de que nos estamos viciando con la app.
Algunos estudios en el área de la psicología revelan que, detrás del vicio de la tecnología – que incluye juegos, apps y redes sociales como Instagram y Facebook -, hay fobias y trastornos psicológicos. Es el caso de la nomofobia (miedo de quedarse sin celular). La dependencia de la tecnología casi siempre está ligada a otros disturbios, como depresión, ansiedad y compulsión. Son problemas que acaban generando un “vacío”, y las personas quieren llenarlo de manera exagerada.
“Ser virtuoso es huir de los vicios”, ya lo decía el poeta romano Horacio. Para huir del vicio, en el caso del WhatsApp, proponemos algunos consejos, que ayudan al usuario a mantenerse un poco más lejos del celular y más próximo a otras cosas no menos importantes de la vida:
1. Sé consciente de tu vicio
Mantén por un día una hoja y un lápiz a mano. Anota todos los grupos y amigos que tienes y pon una señal al lado del nombre cada vez que vuelves a verlo a lo largo del día. Al final de la jornada, será posible saber cuáles son las personas o grupos de tus contactos de los que eres más dependiente. Así es más fácil enfrentar al enemigo.
2. Pregúntate
Caer en el vicio es algo que la gente hace automáticamente, sin pensar. A partir de ahora, cada vez que vayas a ponerte a revisar tus mensajes, para y hazte las siguientes preguntas: ¿Realmente necesito hacer eso ahora? ¿Por qué? No importa si, incluso así, acabas sin poder resistirte al celular. Lo más importante es empezar a reconocer que el problema existe.
3. Pausa de 10 minutos cada hora
Aunque estés conectado al WhatsApp durante todo el día, relájate durante diez minutos por cada hora de conexión. Apártate del celular que te esclaviza. Camina durante 10 minutos. Estira tu cuerpo. Arregla el caos de tu habitación. Bebe un jugo. Come una fruta. Reza. Conversa con alguien. Relájate. No sé, haz cualquier cosa que no sea estar con el celular…
En mi caso, lo peor fue darme cuenta de que llevar el celular a lugares como el baño, la mesa de la comida y, principalmente, a la cama antes de dormir, me encuadraban perfectamente en la modalidad de enganchada al WhastApp, hasta el punto de que al día siguiente, empecé a evitar con mucha dificultad estas actitudes, para “desengancharme” lo antes posible. ¡Fue un freno!