Contaba Nicolás que cuando ocurrió el terremoto en Haití no lo dudó. El único pedido de sus padres fue que tuviera la precaución de viajar por las aerolíneas y las vías más seguras.
Hoy relata con orgullo su misión humanitaria como Casco Blanco en Haití, y es parte de una rica historia de ya 20 años de asistencia humanitaria argentina en el mundo.
En Haití, Japón, Honduras, Irán, y más acá en el tiempo Ecuador y el Líbano, ser Casco Blanco es un orgullo para quienes lo son y para quienes lo rodean.
Cuando se anunció la nómina oficial de voluntarios seleccionados por Cascos Blancos para la misión humanitaria a Líbano, la localidad bonaerense de Baradero descubrió a un nuevo héroe local: el joven médico y bombero Fernando Gerber.
“Su preparación académica y de bombero le permitirán representar al país en una de las zonas más calientes del mundo, haciendo lo que él siente como una necesidad: Ayudar al prójimo. Fernando, es sin duda un orgullo para nuestra ciudad”, escribió el portal Baradero te Informa.
Gerber fue uno de los integrantes de la misión de Cascos Blancos a El Líbano, para la puesta en marcha de un centro sanitario en el campo de refugiados sirios en Jarrahyl.
El equipo está a cargo del diseño y la implementación de carpas sanitarias destinadas a un consultorio médico, una sala de reanimación, una de internación temporal y un depósito de farmacia.
Al mismo tiempo, están llevando adelante talleres para la población sobre primeros auxilios, manejo seguro de los medicamentos y potabilización del agua, entre otros.
Cascos Blancos es el organismo del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina encargado de diseñar y ejecutar proyectos de asistencia humanitaria internacional.
Lo hace en relación con organismos de ayuda internacional, pero sustentado además en el apoyo de la cancillería argentina y en el impulso y la generosidad de los voluntarios que se prestan para sus tareas.
“Desde cualquier lugar del mundo se puede atender con responsabilidad al problema de los refugiados; no hay vuelta, es una responsabilidad compartida por todos”, expresó la canciller argentina, Susana Malcorra, durante una visita a la misión.
En ella, llevaron además insumos para albergar y abastecer a más de 100 familias.
Campañas de apoyo
La asistencia en terreno de los Cascos Blancos se suma a la política de Estado argentina, asumida por el gobierno anterior y mantenida por el actual, de recibir refugiados que huyen de la guerra en Siria.
Varios cientos, en general con familiares en la Argentina porque así los programas de visado lo pedían, han logrado llegar al país desde 2012.
La comunidad sirio libanesa en la Argentina es una de las más fuertes, y está desplegada en varias provincias.
Su ayuda y colaboración es fundamental para que las familias que han arribado a este país puedan reinsertarse y empezar de cero, pese a que en varios casos en su país de origen la situación era holgada antes de la guerra.
Pero es Brasil el país sudamericano que más refugiados de Siria recibió en los últimos años.
Se estima que más de 2.000 sirios emprendieron en Brasil una nueva vida, atraídos por facilidades para la obtención de la visa y la también fuerte comunidad de origen sirio libanés en el país.
De hecho, desde los consulados en el exterior se expidieron más de 7.000 visas, cuando en realidad solo cerca de 2.100 arribaron efectivamente al país.
Ubicados en distintas ciudades, algunos han tenido problemas para la obtención de licencias de trabajo.
En Río de Janeiro, Cáritas intercedió para intentar conseguir licencias para venta ambulante para los refugiados allí apostados, pero como le respondieron al organismo desde la Alcaldía, dicha autorización no se entregó ni siquiera a ciudadanos brasileños durante los últimos cinco años.
Uruguay, Chile, Colombia y Venezuela, entre otros países, también han mostrado muestras de compromiso tanto a nivel gubernamental como de la misma sociedad en la recepción y/o apoyo a los refugiados.
Brindar toda la asistencia posible
Recientemente, los católicos maronitas en la Argentina lanzaron, en conjunto con la comunidad libanesa en el país, una campaña de apoyo a los refugiados que viven en los campamentos en Oriente Medio.
“Nos parece que el modo más conveniente para ayudar de forma responsable no es traerlos a un país tan lejano como Argentina, sino brindarles toda la asistencia humanitaria posible en los países donde están refugiados para que puedan vivir de un modo más digno”, expresó recientemente Juan Habib Chamieh OMM, administrador apostólico de la eparquía (diócesis) San Charbel en Buenos Aires de los maronitas en la Argentina.
Por eso, han invitado a colaborar económicamente a través de una cuenta bancaria abierta para la ocasión, y así colaborar directamente con la Iglesia católica maronita en el Líbano, que presta directa asistencia a los refugiados.
Hoy celebramos a...