Por voluntad del papa Francisco, el Vaticano donó 150.000 dólares a Caritas Jordania para realizar el proyecto “Promover trabajo y oportunidades para los desplazados iraquíes en Jordania”, que beneficiará a alrededor de 700 refugiados-trabajadores. Ayuda multiplicada en el bienestar de sus familiares.
El proyecto evaluado por el Vaticano se llevará a cabo en el Centro de Santa María de la Paz en la ciudad de Amán.
El dinero proviene de las ofertas voluntarias de los numerosos visitantes del pabellón de la Santa Sede durante la pasada edición de la EXPO de Milán (Italia) de 2015.
El trabajo para reafirmar la dignidad de quien la creía perdida
La semana pasada, el papa Francisco manifestó sus esperanzas en los proyectos emprendedores para ayudar a personas en dificultad.
Y esta idea de crear puestos de trabajo está de fondo en su decisión de cómo emplear las limosnas recogidas por la Iglesia destinadas para los refugiados en Jordania.
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El Vaticano informó a través de un comunicado que el papa Francisco ha pedido explícitamente que el dinero de la donación sea empleado en ayudar a la población más débil y afectada por la guerra en Siria e Irak, es decir los refugiados, sus familias e hijos.
El papa Francisco cree en la dignidad del trabajo y de los refugiados y sus familias que perdieron todo, aunque no sus ganas de salir adelante llevando a la mesa el propio pan.
A los líderes europeos al recibir el premio Carlomagno, el pasado 5 de octubre, les dijo que la solidaridad no hay que confundirla con limosna sino que hay que ocuparse de la “integración” de las personas.
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Al respecto, el director de Caritas Jordania, Wael Suleiman, ha dicho que, a pesar del compromiso de la Iglesia local y de las autoridades estatales, es muy difícil que los refugiados encuentren un trabajo.
Por ello, “muchos lo buscan para vivir con dignidad, pero incontables veces no lo encuentran o no tienen un contrato”.
En este sentido, el proyecto financiado con las limosnas recogidas por el Vaticano servirá para dar un trabajo con un sueldo a 15 refugiados iraquíes, empleándolos en la producción de conservas y en la cultivación y venta de aceite y hortalizas.
Además, se beneficiarán las familias de los refugiados, que así podrán mantenerse autónomamente.
Además, 200 refugiados recibirán cursos de formación profesional en carpintería, agricultura e industria alimentaria. Igualmente, gracias a los trabajos temporales, especialmente en la agricultura, se ayudará a más de 500 iraquíes al año.
El dinero donado servirá para apoyar la primera etapa de auto-sostenimiento que debería iniciar luego de la venta de los productos.
Jordania es uno de los principales países de acogida de refugiados: 130.000 son los iraquíes (equivalente al 1,3% de la población), además de alrededor de 1.300.000 sirios. Es una cifra que aumenta considerando los casos que no se han comunicado a las Naciones Unidas.
El proyecto será inaugurado el 12 de mayo ante la presencia del subsecretario del Pontificio Consejo ‘Cor Unum’, Segundo Tejado Muñoz, que se dirigirá en misión a Amán del 11 al 13 del mismo mes.
El proyecto fue evaluado por el dicasterio vaticano instituido por el papa Pablo VI en 1971 encargado de coordinar las iniciativas de caridad de la Iglesia.
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