Un reciente artículo de The Atlantic cuenta cómo la fe de Charles Schulz, el creador de “Peanuts”, modeló su trabajo
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Stephen Lind, el autor de “La religión de Charlie Brown: explorando el mundo y el trabajo espiritual de Charles M. Schulz”, afirma que, a pesar de que casi todos conocemos bien el trabajo de Schulz, pocos lo reconocemos como un “pionero cristiano, un líder en los medios estadounidenses por la fuerza y la frecuencia de sus referencias religiosas”.
Lind ha sacado las cuentas: más de 560 de las casi 17.800 tiras cómicas de “Peanuts” publicadas en prensa contienen una referencia espiritual, teológica o religiosa. Para ponerlo en perspectiva, Schulz hizo apenas 61 tiras en las que Lucy le retira el balón de fútbol americano a Charlie cuando éste trata de patearlo. No eran extrañas las ocasiones en las que publicaciones religiosas pedían permiso a Schulz para reimprimir las tiras de Peanuts, a lo que el autor nunca se negó.
Quizá la más recordada de toda las referencias religiosas de la serie es, obviamente, el especial de Navidad en el que Charlie Brown intenta descubrir “el verdadero sentido de la Navidad”: al darse cuenta de que la celebración ha sido secularizada, Linus recita la narración del nacimiento de Jesús directamente del Evangelio de Lucas. Para más señas, de la edición del Rey James.
En el momento en el que el especial fue televisado, menos del 9% de la programación navideña en general contenía referencias religiosas. El propio Schulz habría dicho una vez “yo predico en mis tiras cómicas, y me reservo el derecho de decir lo que quiero decir, como el pastor lo hace desde el púlpito”.
Pero, como es sabido, la predicación de Schulz no es la propia de un pastor fundamentalista, ni la de un apologeta, ni la de un proselitista ¿qué clase de predicación conseguimos entonces en Snoopy?
“Me interesa hacer una tira cómica –respondió Schulz alguna vez- que diga algo relevante sobre las cosas importantes de la vida”.
Schulz se convirtió al cristianismo después de volver a Estados Unidos, tras haber servido en la Segunda Guerra Mundial. De acuerdo a su propio testimonio, la experiencia de la guerra encendió en él el amor por la literatura sacra. Su Biblia personal estaba llena de notas en los márgenes, e incluso fue líder de un grupo de lectura y estudio del Antiguo Testamento, y profesor de escuelas dominicales en California y el Medio-Oeste de los Estados Unidos.
“Las pequeñas cosas que hacemos y decimos en nombre de Cristo son como pequeñas piedras que tiramos al agua”, dijo Schulz alguna vez, de acuerdo a este artículo en The Atlantic. “Las ondas se extienden en círculos, e influencian a gente que quizá apenas conocemos, o que no conocemos para nada”.
Algunas de estas pequeñas piedras que Schulz arrojó son citas textuales de la Biblia en sus tiras cómicas, como cuando Charlie Brown le pregunta a Snoopy:
-¿Te molesta que en la Biblia no se hable muy bien de los perros?
-Claro que me molesta- responde el perro –pero sólo pongo la otra mejilla-