Si el pedal de tu piano te da problemas, intégralos a tu repertorio.
Supongamos por un momento que eres concertista (y si lo eres ¡felicitaciones!). Estás a punto de sentarte al piano para tocar ante la audiencia y, de repente, te das cuenta de que al pedal de tu piano le falta lubricación: cada vez que lo pisas, chilla ¿Qué puedes hacer en un momento como ese?
La solución: cambiar el repertorio por un poco de Verdi: ¡Brindisi!
Aquí, la versión original del aria:
Y aquí, la versión “accidental” del pedal oxidado: