Una serie de misteriosos asesinatos se suceden en la ciudad durante la oscuridad de la noche, aprovechando el caos de los bombardeos que asolan el Londres de los años 40Un forense y su ayudante se convierten en osados investigadores para resolver unos extraños casos de asesinato. Hasta ahí nada nuevo. Pero si estos hechos suceden durante los bombardeos de Londres de los años 40 (London Blitz), y utilizando infravalorados e inusuales métodos científicos para la época, todo cambia. Murder on the Home Front, es una mini serie británica de dos episodios inspirada en las memorias de Molly Lefebure, que trabajó para el patólogo Keith Simpson durante la Segunda Guerra Mundial, pionero de la ciencia forense moderna.
En la serie Patrick Kennedy (“Boardwalk Empire”, “Fin del desfile”) da vida al doctor Lennox Collins, un patólogo empeñado en encontrar la verdad y desenmascarar al asesino a través de los todavía escasos métodos forenses. Sus investigaciones no serán bien recibidas por sus superiores. Quién si apoya los métodos de Collins y se involucra hasta poner en riesgo su propia vida, es su ayudante Molly Cooper, que interpreta Tamzin Mercante (Jane Eyre, “Los Tudor”).
El suspense y la intriga se dejan ver desde el primer momento en Murder on the Home Front. Los asesinatos se suceden aprovechando la oscuridad de la noche y el caos que se produce en la ciudad mientras es bombardeada.
Los extraños crímenes dan pie desde el principio a todo tipo de especulaciones y abren la investigación y las sospechas a diversos individuos, que van desde un pervertido a un espía. Las intrigas políticas y la falta de rigor científico en las pruebas, provocan que un inocente, por lo menos de asesinato, esté cerca de morir en la horca.
Esa animadversión hacia las evidencias forenses de sus superiores, hace que Collins se empeñe aún más es encontrar la verdad a través de la ciencia, con restos biológicos que los sospechosos pueden dejar en la colilla de un cigarro o en proteger de la propia policía la escena de un crimen, lo que provoca la hilaridad del espectador.
La cuidada ambientación de un Londres devastado por las bombas, el humor negro presente durante gran parte de la trama y una historia que engancha desde los primeros minutos, hacen de esta serie un producto fácil de ver que mantiene en suspense al espectador hasta el final.