Aleteia logoAleteia logoAleteia
sábado 27 abril |
San Isidoro de Sevilla
Aleteia logo
Espiritualidad
separateurCreated with Sketch.

Perdonarlo todo… ¿no es injusto?

21152541501_5d60b10019_k.jpg

Carlos Padilla Esteban - publicado el 08/03/16

El perdón es un misterio

El abrazo del Padre me abre la puerta de la vida y, al mismo tiempo, me confunde a veces. Al contemplar la parábola del hijo pródigo, al ver el cuadro de Rembrandt, o al escribir o predicar sobre este abrazo me entran dudas.

Por un lado está claro. Yo quiero ese abrazo. Yo quiero ser acogido así por mi padre cuando vuelva a casa. Yo quiero un Dios así, derramado sobre mi indigencia. Quiero un beso de padre a hijo. Quiero que me ponga el anillo y me coloque sandalias nuevas. Quiero una fiesta y un cordero cebado. Definitivamente, lo quiero.

Es la mirada de ese padre la que me conmueve siempre de nuevo por dentro. Una mirada que aguarda la llegada del hijo ausente. Una mirada llena de lágrimas, desgastada por la espera. Una mirada que abarca el infinito tratando de encontrar ese amor de hijo. Una mirada loca que no se conforma con la pérdida.

Me emociona pensar en esos ojos horadando el horizonte. Reteniendo las últimas luces del atardecer. Amaneciendo con el sol cada mañana. Esa espera infinita. Esa espera sin tregua. ¿Quién es capaz de amar tanto como para esperar así? ¿Quién es capaz de creer tanto en un regreso imposible?

Me conmueve el padre que me busca, que me espera. Me impresiona que no se canse de mis rebeldías y vuelva cada mañana al comienzo del camino que yo dejé hace tiempo.

Esa fidelidad me duele en las entrañas. Yo no soy así. Yo no espero de esa forma. Me conformo con las pérdidas, me acostumbro a las ausencias.

Pero al mismo tiempo me confunde ese abrazo que no recrimina, no exige, no denuncia. No hace justicia, no pide cuentas, no exige cambios. Me turba ese abrazo sin preguntas, que lo perdona todo. Ese abrazo de hoy me deja sin palabras.

¿Es posible perdonar de esa forma? ¿No es injusto perdonar así? ¡Qué difícil pedir perdón y perdonar! ¡Qué bendición ser siempre perdonados!

Decía el Papa Francisco: “Es triste constatar cómo la experiencia del perdón en nuestra cultura se desvanece cada vez más. Incluso la palabra misma en algunos momentos parece evaporarse”.

Hoy cuesta tanto hablar de perdón… Cuesta tanto perdonar al que nos ofende… Perdonar al que nos hiere. Perdonar sin castigo. Recibir perdón y perdonar. ¡Qué difícil aprender a perdonarnos a nosotros mismos!

El otro día leía: “Cuando Jesús se vuelve misericordiosamente a nosotros, pasamos a estar íntegros y sanos, experimentamos paz interior. Entonces llegamos a comportarnos misericordiosamente con nosotros mismos, en lugar de hacernos blanco de nuestra propia rabia”[1].

El perdón es un misterio, es una gracia que tanto nos cuesta encontrar. El abrazo del padre sana el corazón herido del hijo que regresa. Su elección sana mi herida profunda y me pone en camino hacia el hermano.

Con mucha frecuencia me encuentro con corazones enfermos, rotos, heridos. Corazones que no saben por qué sufren, por qué viven con rencor. No se conocen. No se entienden a sí mismos. No se aceptan en su vulnerabilidad, no se quieren en lo más hondo. Tal vez no han vivido nunca ese abrazo de perdón.

A mí mismo me cuesta también quererlos, volverme como el padre y abrazarlos. Y sé que eso ayudaría, sanaría.

Sólo cuando soy perdonado me hago más capaz de acoger y perdonar a otros. Sólo perdonándome a mí mismo puedo perdonar al que me hiere. ¡Cuánto cuesta el perdón! ¡Cuánto cuesta ese abrazo que todo lo borra! ¡Qué mala memoria tiene Dios!

Es verdad que el perdón no tiene que ver con el olvido. El Padre no olvidará nunca la herencia repartida y malgastada. No olvidará la lejanía y la ausencia. No olvidará tantas mañanas saliendo temprano a la puerta de la casa a esperar a su hijo.

Esos recuerdos son su historia santa. No los olvida, pero recordarlos ya no le producen dolor, no aumentan el rencor. El perdón lo transforma todo. ¡Qué importante aprender a perdonar!

[1] Anselm Grün, La mitad de la vida como tarea espiritual, 90

Tags:
perdon
Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

ES_NEW.gif
Oración del día
Hoy celebramos a...




Top 10
Ver más
Newsletter
Recibe gratis Aleteia.