Una de las oraciones más bonitas de todos los tiempos[protected-iframe id=”c2ac3b1a085ddd33fdc55dac56441cf0-95521297-93014404″ info=”https://www.youtube.com/embed/x8L37WZ6fd0″ width=”560″ height=”315″ frameborder=”0″ allowfullscreen=””]
¡ Tarde te amé,
hermosura tan antigua y tan nueva,
tarde te amé!
Tú estabas dentro de mí, y yo fuera,
y por fuera te buscaba, y deforme como era
me lanzaba sobre las cosas hermosas por Ti creadas.
Tú estabas conmigo,
y yo no estaba contigo.
Me retenían lejos de Ti todas las cosas,
aunque, si no estuviesen en Ti, nada serían.
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Llamaste y clamaste,
y rompiste mi sordera.
Brillaste y resplandeciste,
y pusiste en fuga mi ceguera.
Exhalaste tu perfume,
y respiré,
y suspiro por Ti.
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Gusté de Ti,
y siento hambre y sed.
Me tocaste,
y me abrazó tu paz.
Por san Agustín
Artículo originalmente publicado por Oleada Joven