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Una mujer perfecta, ¿es una mujer bella?

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Esther Núñez Balbín - publicado el 24/02/16
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Cantante peruano revalora la femineidad de la mujer

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¡Quiero decir… sólo lo que él quiera! Su música cobró sentido cuando Dios lo encontró. Es entonces cuando puso al servicio, cada una de las tonadas de su guitarra. Ahora sabe que a través de cada nota, puede servir a los demás.

 

Su padre pianista y su madre cantante, gestaron en él esta vocación. Se trata de Mauricio Alen, cantautor peruano, quien a sus 28 años ha descubierto que a través de Dios, puede dar vida.

Esta vez quiso dirigirse a  una de las criaturas creadas por Dios, la mujer. Y es así como a través de la música, Alen destaca la belleza de la mujer y el valor de su femineidad.

“Todo lo bueno y más hermoso del mundo está en tú corazón”, dice Mauricio en su tema musical “Dios te hizo tan bien”. Tema que promueve desde las redes sociales.

 

Y dijo Dios que todo estaba bien,

Todo estaba muy bien…

Dios te hizo también bien, todo detalle cuidó,

Y es que cada milímetro en tu cuerpo, fue calculado por Dios.

Haz sido el regalo perfecto

No hay casualidad ¡no!.. ¡no!.. ¡no!…

 

Eres sólo el reflejo de un trabajo bien hecho, un retrato de amor.

Dios te hizo tan bien, contigo no descansó,

Y es que aunque pasen los años, horas meses y días, tú te pones mejor.

 

La belleza esta en el amor de su corazón.

La canción pop – reggae  invita a descubrir que hay detrás de la belleza de una mujer. De lo que se trata, explica el joven cantante, es de recordarles a las mujeres que todo en ella está muy bien hecho, porque lo hizo Dios. Así que de nada vale empañar esa belleza natural, con una imagen superficial.

El amor que Dios puso en la mujer, es lo que la hace bella, afirma el músico, quien en los últimos años ha logrado introducir sus temas como himnos en los eventos católicos realizados por la juventud peruana.

Sus anteriores temas musicales como “No puedo callar” y “Haz de mí” lo han llevado a comprender que una nota no sólo puede tocar una emoción sino que a través de Dios pudo sanar su corazón y sobre todo dar vida.

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