Misa, Morelia. Francisco a clérigos, el Padre Nuestro va vivido para no caer en la tentación de la resignación ante violencia, corrupción, tráfico de drogas…
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“Dime cómo rezas y te diré cómo vives, dime cómo vives y te diré cómo rezas”, dijo el Papa Francisco que presidió misa con el clero mexicano en el Estadio “Venustiano Carranza” en la ciudad de Morelia, capital del estado de Michoacán este martes 16 de febrero.
El Pontífice invitó a los servidores de la Iglesia a no resignarse ante un “sistema que parece inamovible”. De no caer en la tentación de la resignación, “arma preferida del demonio”, príncipe de la violencia, la corrupción y el tráfico de drogas, entre otros males.
En la introducción de la homilía habló de la “escuela de la oración” que “es la escuela de la vida”, explicó. “Y Pablo a su discípulo predilecto, Timoteo, cuando le enseñaba o le exhortaba a vivir la fe, le decía: acuérdate de tu madre y de tu abuela”, agreg
El Pontífice después improvisó sin mirar las hojas preparadas: Y a los seminaristas cuando entraban en el seminario, muchas veces, me preguntaban: ‘Pero padre, yo quisiera tener una oración más mental, más profunda’. – Mira, sigue rezando como te enseñaron en tu casa, y después poco a poco, tu oración irá creciendo como tu vida fue creciendo – . A rezar se aprende como en la vida.
El Papa explicó que Jesús ha querido estar con los suyos. “Les mostró comiendo, durmiendo, curando, predicando, rezando, qué significa ser Hijo de Dios”. Y rememoró la enseñanza del Padre nuestro: “Él supo vivir rezando y rezar viviendo, diciendo: Padre nuestro”.
Antes de la celebración, el Pontífice siguió la procesión de los sacerdotes que celebraban la misa con él, como uno más hasta llegar al altar.
El Pontífice como en otras ocasiones insiste para que los sacerdotes sean servidores, que no sean ‘empleados’ de la ‘empresa de Dios’. Y mirando al público dijo: “No queremos ser funcionario de lo divino[…]”. “¿Qué es la misión sino decir con nuestra vida: «Padre nuestro»?”, añadió.
“Así cómo hizo nuestro obispo que murió anoche, decir con nuestra vida: ‘Padre Nuestro’”. El Papa antes de iniciar la misa recordó que anoche murió mons. Carlos Quintero Arce, arzobispo emérito de Hermosillo a los 96 años.
Sucesivamente aludió a la formula de la oración del Padre Nuestro: “No nos dejes caer en la tentación”. “El mismo Jesús lo hizo. Él rezó para que sus discípulos —de ayer y de hoy— no cayéramos en la tentación”.
De esta manera, interrogó a los clérigos mexicanos sobre las tentaciones que enfrentan ante fenómenos como: “la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas, el desprecio por la dignidad de la persona, la indiferencia ante el sufrimiento y la precariedad”.
Se trata de la primera visita de un pontífice al estado de Michoacán, flagelado por la violencia y lugar de lucha entre cárteles del narcotráfico. El Papa ha querido reafirmar en su misión a los religiosos, religiosas, sacerdotes y seminaristas de la Iglesia.
Por eso, pidió alzando la voz de no caer en la resignación. “Una resignación que nos paraliza y nos impide no sólo caminar, sino también hacer camino; una resignación que no sólo nos atemoriza, sino que nos atrinchera en nuestras «sacristías» y aparentes seguridades”, constató.
En este sentido, agradeció al obispo que propuso usar para esa ceremonia el báculo y el cáliz usada por “Tata Vasco”, el español Vasco de Quiroga (“Tata” es “Papá” en lengua purépecha) primer obispo de Michoacán.
Por ello, el Papa ha puesto como ejemplo al obispo servidor de los últimos para que los pastores de hoy no caigan en la “resignación que no sólo nos impide anunciar”, sino también impide “arriesgar y transformar”, señaló.
“Padre, papá, abba. Esa es la oración, esa es la expresión a la que Jesús nos invitó. Padre, papá, abba, no nos dejes caer en la tentación de la resignación, no nos dejes caer en la tentación de la pérdida de la memoria, no nos dejes caer en la tentación de olvidarnos de nuestros mayores que nos enseñaron con su vida a decir: Padre Nuestro”, concluyó.
La jornada del Papa comenzó con su viaje en avión a Morelia donde celebró la misa y más tarde visitará la catedral. Por la tarde se encontrará con los jóvenes en el estadio José María Morelos y Pavón y, acabado el encuentro, regresará a Ciudad de México.
En las calles de la ciudad de Morelia alrededor de 150.000 fieles salieron al encuentro del papamóvil que recorrió 9 km hasta el estadio; personas provenientes de distintas partes de México y de las comunidades indígenas.