Una serie americana para CBS capitaneada por Bradley Cooper
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
¿Y si pudieras recordar todo lo leído , visto o escuchado; incluso cómo te sentías en el vientre de tu madre? ¿Qué pasaría si existiera una pastilla que al tomártela te convirtieras en la persona más inteligente del mundo?
Sin límites esta basada en la película del mismo nombre protagonizada por Bradley Cooper. La serie se centra en Brian Finch, quien descubre el enorme poder de una misteriosa droga llamada NZT, que aumenta el índice de inteligencia permitiendo recordarlo todo. Brian será obligado por el FBI a usar sus extraordinarias habilidades cognitivas para resolver complejos casos. Pero a espaldas del FBI, se ha relacionado con el senador Edward Morra. En manos de unos u otros, Brian se convierte en un arma más eficaz que todos los agentes del FBI juntos.
Pero, ¿qué dice la ciencia sobre la posibilidad que baraja esta serie: la de poder llevar nuestro cerebro a su máxima capacidad?
Santiago Ramón y Cajal dijo una vez: “Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro”. Hoy en día son enormes los avances en Psiconeuroinmunobiología, es decir, la ciencia que estudia la conexión existente entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Lo que antes decían iluminados, meditadores o sabios ahora la ciencia lo empieza a corroborar: son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo.
Según del Dr. Mario Alonso Puig lo que pensamos y decimos con palabras puede generar cambios físicos profundos. Vemos, por ejemplo, en Harry Potter a Dumbledore llamar a Voldemort por su nombre de nacimiento “Tom Riddley”; como si usando la palabra “Tom” pudiera afectarle de alguna forma. O en La Guerra de las Galaxias cómo se cambian el nombre al pasarse al lado oscuro de la Fuerza (Anakin/Darth Vader); la palabra está unida a la identidad. La palabra, corroborado por la ciencia (y por el cine), parece ser una forma de energía vital que nos puede cambiar.
Pero volviendo a la serie que nos ocupa, sería el NZT el que nos ahorraría todo el esfuerzo de ser escultores de nuestro propio cerebro. Recordemos una secuencia del tercer episodio (“Página 44”) justo cuando Brian se dispone a salir de marcha bajo los efectos del NZT.
“Todos los de la fila , incluido yo, tienen un vacío que llenar. ¿Me enorgullece lo que hago para llenar ese vacío? No. Pero venga no soy ningún santo. La verdad es que, cuando el NZT hace que ligar sea tan fácil, se pierde la gracia y un polvo de una noche sin importancia, no tiene importancia. Tu mente te pide más caña. Así que me puse a husmear y me escribí (por Internet) con gente muy interesante”.
Brian descubrió navegando cómo las partículas cuánticas cambian de forma cuando las observas y chateó con un tal Arthur que estaba a punto de conseguir duplicar la vida de un ratón mutando sus genes. De alguna forma el NZT le desveló que ese vacío seguía intacto y que había que rellenarlo. El cerebro de Brian le estaba demostrando que su corazón no quería un “rollo” de una noche sino algo más interesante… Y de ahí descubrió que los talentos los tiene que poner en juego y no de cualquier forma: interesante el concepto de misión y sentido de entrega que aflora si llevamos a nuestro cerebro hasta su máxima capacidad. Un notable alto, de momento.
A la época del lamento existencial y de la autosuficiencia del hombre le pegaba crear una serie de estas características. Si presentamos a un hombre como Brian Finch, una especie de semidios gracias a una pastilla de NZT, pues lleva su cerebro hasta su máxima capacidad, ¿dónde quedará Dios o ese Ser creador de todo? Será interesante ver el desarrollo de estas cuestiones y otras durante el resto de la temporada.