Un diplomático y escritor mexicano lo califica como “Papa (patata) caliente”Con el nombre de “Papa caliente”, haciendo alusión al dicho popular que algo difícil de manejar es como traer una papa (patata) caliente entre las manos, el diplomático y escritor mexicano Enrique Berruga ha tratado de resumir lo que pudiera resultar de la próxima visita a México del Papa Francisco.
Aliado de los de a pie
En el artículo publicado por el periódico “El Universal”, Berruga afirma que “al Papa Francisco le interesa más la transformación social que los asuntos tradicionales de la Iglesia (…) Sus temas son las preocupaciones de los feligreses, no los que normalmente interesan a la Curia”.
El Embajador de México desde 1995 asegura que la estrategia de Francisco “consiste en que la gente observe que la Iglesia es un aliado del ciudadano de a pie” y por esta cercanía hoy mismo “lo que hace y dice el Papa genera un interés y una discusión que inyecta oxígeno a su pontificado.”
“Colocarse al lado de la gente” es lo que resulta, para los gobiernos de los países que visita el Pontífice, “un dolor de cabeza”. Es, justamente, “la papa caliente” a la que hacía alusión en el título de su columna Berruga. “Su travesía por México no tendría por qué ser la excepción”, añade el diplomático mexicano en su columna.
Abandonando la zona de confort
Tras hacer un recuento de los lugares que visitará Francisco, Berruga sostiene que ésta se trata de “una visita atípica”, sobre todo comparándola con las de los anteriores pontífices que visitaron México: “Francisco –apunta—saldrá de la comodidad del Bajío (centro geográfico y católico del país), como siempre lo hicieron sus antecesores, para adentrase en sitios emblemáticos y conflictivos de la geografía nacional.”
Chiapas y los indígenas, así como los migrantes centroamericanos; Michoacán y la delincuencia; Ciudad Juárez, en donde el Papa “tendrá una oportunidad de oro para hablarles a los estadounidenses sobre el tema migratorio”, son dos “papas calientes” para el gobierno mexicano y una para “revertir la satanización que han hecho los candidatos republicanos de los paisanos…”
Desde luego, piensa Berruga, en alguno de los tramos de la extenuante visita de Francisco a México, éste “abordará la agenda de la desigualdad y del efecto pernicioso de la corrupción” que ha situado al país en un lugar muy comprometido en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional.
“Cuando se vaya Francisco –concluye Berruga su artículo en “El Universal”–, mucha gente en México sentirá que sus plegarias han sido escuchadas. A las autoridades les dejará una sociedad movilizada y una larga agenda de pendientes.”