La epidemia se supera, pero quedan escaras en la sociedad y en el almaEs una buena noticia pero con un regusto agrio: la Organización Mundial de la Salud ha declarado hoy jueves el fin de la epidemia de ébola en Liberia, uno de los países más afectados por el virus, junto con Sierra Leona y Guinea, ya libres de la enfermedad.
Tras poco más de dos años, el peor brote de ébola de la historia deja 11.315 fallecidos, deja miles de huérfanos, familias destruidas, estigma hacia los supervivientes y las personas que los trataron, hospitales que aún no han podido reabrirse, paro, campos de cultivo abandonados…
Se mantiene viva la vigilancia por la posibilidad de que aparezcan nuevos casos. Se mantiene viva también la memoria de héroes que dieron su vida por salvar la de otros, como los misioneros Miguel Pajares y Manuel García Viejo.
La orden de San Juan de Dios, muy presente en la atención y curación de enfermos de ébola, todavía no ha logrado que sus hospitales de Monrovia (Liberia) y Lunsar (Sierra Leona), clausurados varios meses en 2014, funcionen al cien por cien.
“Aun así, estamos funcionando dentro de la normalidad aunque hay que tener en cuenta que con el ébola todo cambió, hay que seguir protocolos de seguridad y eso complica un poco las cosas, además de que al haber cerrado y reabierto tuvimos que adaptarlo todo. Aún así, atendimos un total de 25.000 pacientes en cada centro”, explica al diario Abc José María Viadero, presidente de la Fundación Juan Ciudad.
“La epidemia se supera, pero quedan escaras en la sociedad y en el alma, cosas que ninguna cirugía puede curar”, afirma.
Todavía no existe una terapia oficialmente aprobada para curar el ébola, aunque sí se ha sacado una vacuna contra el virus, que continúa existiendo y podría reaparecer.