La Madonna de Oropa en Italia que concede milagros desde hace más de cuatro siglos
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Existe una imagen de la Virgen Negra cuyo rostro jamás se empolva. Considerado un fenómeno sorprendente, la efigie se encuentra en la Antigua Basilica del Santuario de Oropa, en los Alpes de Italia. Cada año, a mediados de noviembre, se realiza en este lugar el rito de la limpieza de la Madona de Oropa, coronada en 1620.
La imagen que tiene los cabellos dorados y lleva un manto azul fue tallada en madera en el siglo XIII.
Durante la ceremonia de limpieza, realizada desde hace siglos, el rector del Santuario abre la urna del altar y limpia con un pañuelo de lino blanco el rostro de la Virgen con el Niño Jesús en sus brazos. Luego del acto, el sacerdote muestra a los fieles la Virgen y el pedazo de tela que no se ha ensuciado. Después, también la monjas del santuario frotan con un paño la estatua, seguidas por todos los fieles que participan en el homenaje mariano.
En 1720, el canónigo del Santuario, Don Agostino Penna, describió el acto como un prodigio, y recordó que los pies de la estatua están intactos a pesar de haber sido utilizados para curar a los enfermos y cicatrizar heridas, durante varios años .
El santuario ubicado a unos 1.200 metros de altitud es un majestuoso complejo que comprende dos lugares de culto: la basílica nueva consagrada en 1960 que conserva una rara colección de nacimientos de todo el mundo; y la antigua basílica del siglo XVII, que custodia la estatua de milagrosa Virgen.
El santuario de Oropa, llamado también el Sacromonte de la Beata Virgen Negra, comprende 19 capillas alrededor del santuario. El sitio forma parte de uno de los nueve sacromontes (Sacri Monti) de Piamonte y de Lombardía (realizados entre los siglos XVI y XVII) que la UNESCO ha declarado Patrimonio Mundial en el 2003, por su majestuosidad artística y arquitéctonica en Italia.
Dentro del complejo se puede visitar también un valioso museo con restos arqueológicos que datan del siglo II antes de Cristo, oro y joyas que adornaban la estatua de María cada vez que se celebraba el centenario de su coronación. Asimismo, se puede apreciar una sala y dos habitaciones reales de la Casa Saboya. Otros elementos que llaman la atención son el jardín botánico y el cementerio monumental donde los altares funerarios se encuentran dispersos dentro de gigantesco bosque.