El sínodo de los obispos es una institución eclesial antigua, recuperada y valorada aún más por el Concilio Vaticano II.
Etimológicamente sínodo significa “caminar juntos“.
Los sínodos solo tienen carácter consultivo. Su principal misión es asesorar al Papa en un tema propuesto.
La asamblea normalmente se reúne en el Vaticano, y puede ser ordinaria o extraordinaria, si se trata de un tema de cierta urgencia.
Es bastante habitual que tras las sesiones, el Papa redacte una exhortación apostólica postsinodal.
Una ayuda para el Papa
En palabras del código de derecho canónico en su numeral 342, sínodo de los obispos es:
Una asamblea de obispos escogidos de distintas regiones del mundo que se reúnen en ocasiones determinadas para fomentar su unión con el Papa y ayudarle con sus consejos “para la integridad y mejora de la fe y costumbres y la conservación y fortalecimiento de la disciplina eclesiástica, y estudiar las cuestiones que se refieren a la acción de la Iglesia en el mundo“.