El Papa Francisco pidió este sábado un favor a los inmigrantes en Estados Unidos, durante su encuentro con la comunidad hispana y con otros extranjeros en el Independence Mall de Filadelfia, el lugar de nacimiento de los Estados Unidos de América, en lo que él mismo calificó como uno de los momentos más destacados de su visita:
“No se avergüencen nunca de sus tradiciones –dijo-. No olviden las lecciones que aprendieron de sus mayores, y que pueden enriquecer la vida de esta tierra americana”.
Tras reconocer el “gran costo personal” con el que muchos han emigrado a los Estados Unidos, les animó a no desanimarse por las dificultades y les aseguró que “están llamados a ser ciudadanos responsables y a contribuir”.
En concreto, se refirió a “la vibrante fe que muchos de ustedes poseen, en el profundo sentido de la vida familiar y los demás valores que han heredado; al contribuir con sus dones, no solo encontrarán su lugar aquí, sino que ayudarán a renovar la sociedad desde dentro”.
Dirigiéndose a todos, Francisco pidió también, en referencia a la independencia de los EEUU, “no perder la memoria de lo que pasó aquí hace más de dos siglos, o perder la memoria de aquella declaración que proclamó que todos los hombres y mujeres fueron creados iguales, que están dotados por su creador de ciertos derechos inelienables y que los gobiernos existen para proteger y defender esos derechos”.
“Conservemos la libertad, cuidemos la libertad –exhortó-. La libertad de conciencia, la libertad religiosa, la libertad de cada persona, de cada familia, de cada pueblo, que es la que da lugar a los derechos”.
La libertad religiosa permite el diálogo pacífico
Reflexionando en concreto sobre la libertad religiosa, el Papa Francisco explicó que “es un derecho fundamental que da forma a nuestro modo de interactuar social y personalmente con nuestros vecinos que tienen creencias religiosas distintas a la nuestra”.
Y destacó que es precisamente la libertad religiosa la que da “el ideal del diálogo interreligioso donde todos los hombres y mujeres de diferentes tradiciones religiosas pueden dialogar sin pelearse”.
“La libertad religiosa, sin duda, comporta el derecho a adorar a Dios, individualmente y en comunidad, de acuerdo con la propia conciencia”, constató.
“Pero, por otro lado, la libertad religiosa, por su naturaleza, trasciende los lugares de culto y la esfera privada de los individuos y las familias –advirtió-. Porque el hecho religioso, la dimensión religiosa no es una subcultura, es parte de la cultura de cualquier pueblo y de cualquier nación”.
¿Qué aportan las tradiciones religiosas?
Francisco destacó la aportación de las tradiciones religiosas a la sociedad: “Llaman a los individuos y a las comunidades a adorar a Dios, fuente de la vida, de la libertad y de la felicidad, nos recuerdan la dimensión trascendente de la existencia humana y de nuestra libertad irreductible frente a la pretensión de cualquier poder absoluto”, constató.
“Buscan ofrecer sentido y dirección, tienen una fuerza motivadora que abre siempre nuevos horizontes, estimula el pensamiento, amplía la mente y la sensibilidad -continuó-. Llaman a la conversión, a la reconciliación, a la preocupación por el futuro de la sociedad, a la abnegación en el servicio al bien común y a la compasión por los necesitados. En el corazón de su misión espiritual está la proclamación de la verdad y la dignidad de la persona humana y de todos los derechos humanos”.
“Nuestras tradiciones religiosas nos recuerdan que, como seres humanos, estamos llamados a reconocer a Otro, que revela nuestra identidad relacional frente a todos los intentos por imponer “una uniformidad a la que el egoísmo de los poderosos, el conformismo de los débiles o la ideología de la utopía quieren imponernos”, dijo citando a M. de Certeau.
E invitó a todas las personas religiosas -de la tradición que sea- a unirse “para clamar por la paz, la tolerancia y el respeto a la dignidad y derechos de los demás”. “en un mundo en el que diversas formas de tiranía moderna tratan de suprimir la libertad religiosa, o, como dije antes, reducirla a una subcultura sin derecho a voz y voto en la plaza pública, o de utilizar la religión como pretexto para el odio y la brutalidad”.
Lecciones de historia
En su discurso en el histórico lugar, el Papa destacó la importancia de recordar el pasado. “La memoria salva el alma de un pueblo de aquello o de aquellos que quieren dominarlo o quieren utilizarlo para sus intereses”, afirmó.
Se refirió a “las atrocidades perpetradas por los sistemas que pretendían construir algún tipo de «paraíso terrenal», dominando pueblos, sometiéndolos a principios aparentemente indiscutibles y negándoles cualquier tipo de derechos” el siglo pasado.
Y recordó que “la Declaración de Independencia proclamó que todos los hombres y mujeres fueron creados iguales; que están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, y que los gobiernos existen para proteger y defender esos derechos”.
“Cuando un país guarda la memoria de sus raíces sigue creciendo, se renueva y sigue asumiendo en su seno nuevos pueblos y nuevas gentes que vienen a él”, afirmó.
También habló de cómo “los cuáqueros que fundaron Filadelfia estaban inspirados por un profundo sentido evangélico de la dignidad de cada individuo y por el ideal de una comunidad unida por el amor fraterno”.
¿La globalización es buena?
En la línea del “sano pluralismo”, advirtió contra la “globalización del paradigma tecnocrático que conscientemente apunta a la uniformidad unidimensional y busca eliminar todas las diferencias y tradiciones en una búsqueda superficial de la unidad”.
Señaló que “la globalización no es mala; al contrario, la tendencia a globalizarnos es buena, nos une, pero especificó que “si una globalización pretende igualar a todo como si fuera una esfera, esa globalización destruye la riqueza y la particularidad de cada persona y de cada pueblo”.
Finalmente, el Papa Francisco agradeció a las personas, sean de la religión que sean, que han tratado de servir al Dios de la paz “construyendo ciudades de amor fraterno, cuidando de nuestro prójimo necesitado, defendiendo la dignidad del don divino de la vida en todas sus etapas, defendiendo la causa de los pobres y los inmigrantes”.
Hoy celebramos a...