Padre, confieso que me van los vampiros

-Padre, confieso que me van los vampiros.

-¿Perdón?.

-Que me he dado un atracón de series y de películas de vampiros.

-¿Y? … ¿Eran pornográficas?

-La serie True Blood (2008-2014) es una orgía de todos contra todos, pero la mayor parte de lo que veo no es así.

-Y, entonces, ¿por qué te confiesas?

-Porque si a mis padres no les gusta que las vea digo yo que será porque está mal.

-¿No será que estás desatendiendo alguna obligación?

– No, las veo mientras ellos están ante la televisión viendo programas de esos de debate que te ponen de mala leche. Pocas veces pierdo horas de sueño. En contadas ocasiones caigo incurro en el binge-watching.

-¿Y qué ves? ¿Pelis tipo Crepúsculo (2008) y series tipo Crónicas Vampíricas (2009-), con vampiros republicanos (americanos), adolescentes, guapos y predominantemente buenos?

-¡Qué va! A mí me van los chupasangres con conciencia y con cierta dificultad para hacer el bien. Sagas estilo Blade (1998, 2002 y 2004) o Underworld (2003, 2006, 2012), o peliculones truculentos y escandinavos como Déjame entrar (2008).

-Como el Drácula de Coppola (1992) y Entrevista con el vampiro (1994). Vampiros con vacío existencial que añoran el amor.

-Pues habrá que verlas.

-Lo único malo que podrían tener esos personajes es que nos hiciesen pensar en la vida como en una tragedia en la que nos encontramos solos y condenados al poder de la muerte.

-No sé. Cada vez son más los vampiros que pertenecen a un colectivo, a la horda, como si fuesen zombis. Ahí están 30 días de Oscuridad (2007) o Daybreakers (2009), etc. En muchas de ellas está presente la comunidad.

-Pero no creo que juegue un papel positivo, como ya pasaba en Jóvenes ocultos (1987), Los viajeros de la noche (1987) o Abierto hasta el amanecer (1996).

-Tomo nota de las pelis. Bueno, siempre quedarán los pesaos esos de la familia Cullen de Crepúsculo, tan guapos y jóvenes y buenos que dan náuseas, a pesar de tener esa sed de sangre humana que los corroe pero que mantienen a raya con ayuda de su áurea manada.

-¿Y no hay mejores versiones de la tribu?

-Los grupos que funcionan suelen ser los mixtos: con hombres lobos, humanos, fantasmas, como en la serie británica Being Human (2008-2013).

-Eso está bien. Yo soy muy de la Comunidad del Anillo: tipos con debilidades varias que luchando juntos por el bien colectivo hacen un camino de superación personal.

-Como Van Helsing y compañía combatiendo a Drácula y a sus novias en el clásico de Bram Stoker.

-¡Exacto! Y yo que creía que tu generación no leía.

-Si interesa, hacemos lo que sea. Yo también estaba convencido de que los curas de su generación no tenían ni idea de vampiros.

-A mí lo del cine siempre me ha gustado. Lo que pasa es que raramente sale en el confesionario.

-Perdone si he meado fuera de tiesto.

-¡Qué va! He aprendido mucho y enterarme de cómo está la cultura a través de los ojos de alguien más joven que yo es desgraciadamente poco usual y fantástico.

-¿No me absuelve?

-Sí, claro: si has hecho algo malo, yo te absuelvo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

-¿Penitencia?

-Mantenerme informado de las novedades en cine de terror y de ciencia ficción.

-Hecho… Si quiere puede pasarse el sábado por mi casa. Con un grupo de amigos vamos a hacer un cinefórum sobre Noche de miedo (2011).

-Conozco la versión del 85.

-Pues anímese. No acabaremos tarde.

-Dame tu teléfono y te confirmo.

Para profundizar: ¿Es moralmente bueno ver cine de terror? y ¿El cine de terror es incompatible con la idea de Dios?