Cuando se habla de Holguín, suele mencionarse con un seudónimo, “la ciudad de los parques”, debido a los varios parques que se encuentran distribuidos por diferentes rincones de esta ciudad oriental cubana. Sin embargo, lo que más enorgullece a los holguineros es la “Loma de la Cruz” y su gemela, la “Loma del Fraile”, que son los promontorios más destacados y salientes de la respetable planicie holguinera.
¿Por qué esta loma o colina tiene su nombre asociado al símbolo cristiano de la Cruz?
La respuesta la encontramos en la historia de la ciudad: se cuenta que, desde tiempo inmemorial, en la cúspide de este promontorio y muy cerca del fuerte que los españoles construyeron allí, se plantó una Cruz, que comenzó a ser un punto de peregrinación para los pobladores originales de la región. Esto se convirtió en una tradición que se mantuvo viva, aún después de desaparecida la cruz original, destruida por el paso del tiempo.
“Con promesas de subida bien escarpada y sacrificada, presentación de niños tiernos, peregrinaciones los días 3 de mayo y Viernes Santo, etcétera, solían rapiñar las astillas de la Cruz, hasta que la ‘agotaron’”, comentaba el P. Felipe de la Cruz CP, en aquel entonces Párroco de la Iglesia San José, en un artículo publicado en una revista santiaguera, cuando décadas después se volvió a colocar el madero de la cruz sobre la cima de la loma.
¿Cuándo se vuelve a colocar la cruz?
Después de una temporada y respondiendo a los deseos del P. Felipe de la Cruz, sacerdote pasionista, se valoró la posibilidad de reponer la Cruz en la loma. Muy pocas huellas visibles quedaban de aquella cruz original. Para su construcción se escogieron dos grandes troncos en las fincas de la familia Infante, se buscó un camión para subirlos hasta el punto culminante y se habló con el Ayuntamiento para coordinar el trabajo.
El 25 de marzo de 1956, fiesta de la Anunciación, fueron transportados hasta la misma cumbre los dos maderos que formarían la Cruz de la loma. Se construyó una sólida base de hormigón de unos tres metros que sirvió de pedestal para la nueva Cruz de siete metros de altura. Unos doscientos hombres, desde magistrados hasta limpiabotas, lograron que la Cruz de la Loma volviera a convertirse en el hito más elevado de la mirada de los holguineros.
Quisieron reservar la solemne bendición para el 3 de Mayo, fiesta de la Santa Cruz, por ser el día de la tradicional peregrinación para todo Holguín y su entorno. Así se realizó, culminando con una solemne y comunitaria celebración eucarística bajo el implacable sol oriental que se derramaba sobre la altura holguinera.
Muy pronto el Papa Francisco escalará hasta la cumbre de esta loma para en una humilde ceremonia, animada por un coro de niños, impartir su bendición a la ciudad y a todos sus habitantes. Este será un momento muy solemne y especial que marcará un antes y un después en la historia de la querida “Loma de la Cruz” y en la vida de la ciudad y la de sus habitantes.
¡Qué el madero de la Cruz, donde estuvo colgada la salvación del mundo, continúe derramando su luz y su gracia santificante sobre esta tierra y sobre el mundo entero!
Nota escrita con información del Equipo Diocesano de Comunicaciones
Hoy celebramos a...