Responde arzobispo de Guayaquil a los insultos de un funcionario cercano al presidente de EcuadorLa semana pasada, el secretario jurídico de la presidencia de la República de Ecuador, Alexis Mera, llamó al arzobispo de Guayaquil, monseñor Antonio Arregui, “insolente recadero de la derecha”. Monseñor Arregui había exigido al gobierno de Rafael Correa escuchar a todos los sectores para construir un país más justo.
De inmediato, la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), rechazó los insultos de Mera y dijo, mediante un comunicado, que las palabras del funcionario “además de totalmente impropias, no abonan al clima de respeto y serenidad que tanto necesitamos en estos momentos”.
Las palabras de Mera son un insulto a todos los obispos ecuatorianos “que no hemos hecho más que llamar al diálogo y a la mesura a todos los actores políticos y sociales, en la actual situación de tensión y de difícil perspectiva para nuestro país. Esperamos las disculpas del caso”, señalaron en su comunicado los prelados del Ecuador.
Por su parte, monseñor Arregui ha compartido una carta a sus fieles en donde explica sus dichos y sus palabras a la luz de las cartas semanales que les he dirigido, “que suman ya varios centenares”, para dejar en claro que “nunca he tratado de favorecer ante ustedes un grupo político o un aspirante a la representación popular”.
Monseñor Arregui recuerda a sus fieles, de paso a los políticos ecuatorianos que la Iglesia respeta y promueve la libertad y la responsabilidad política de los ciudadanos “porque en el generoso marco de la fe cabe un gran pluralismo de actitudes ante las realidades de la sociedad”.
Más adelante, el insulto de Mera es devuelto por monseñor Arregui al afirmar de manera categórica que “nadie puede aspirar a un trato privilegiado por mi parte en razón de su afiliación política, ni puede temer un rechazo por ese mismo motivo”.
No hay gobierno perfecto
“La Iglesia es la casa de todos y el clero católico no pregunta sobre inclinaciones políticas al predicarles la Palabra de Dios y servirles en todas las dimensiones de la actividad pastoral. No me cabe envilecer la misión episcopal al vincularla a una empresa política”, escribe en su carta a la arquidiócesis de Guayaquil el arzobispo nacido en España y nacionalizado ecuatoriano.
Al señalar que “no hay gobierno que lo haga todo perfectamente, incluido el que me corresponde”, el prelado recuerda que el anuncio del Evangelio no se reduce a dimensiones intimistas o encerradas en las sacristías, sino que se abre a todas dimensiones de la vida humana.
Tras recuperar la voz profética de la Iglesia católica en América Latina, el arzobispo de Guayaquil continúa diciendo que sus críticas han sido lanzadas “en el ámbito de las libertades que tenemos todos, reconocidas en la Constitución de la República”.
“Si alguien estima que he abusado en algo, hace bien en dirigirse a mis superiores inmediatos, que son el Papa Francisco y sus colaboradores. Quienes, por lo demás, han recibido mi renuncia hace más de un año y en breve nombrarán, Dios mediante, a mi sucesor en Guayaquil”, terminó su comunicado monseñor Arregui.