Se trata de una forma de paganización que toca también al cristianismoEl channeling es una nueva forma de espiritismo introducida por la New Age. La New Age “es una especie de gran contenedor”. Es una corriente de pensamiento en la que conviven diferentes ideas, religiones, filosofías y prácticas esotéricas. New Age no es una secta. Es simplemente un modo de pensar, que se basa en la idea del fin de la era cristiana.
Los seguidores de la New Age creen que la humanidad está entrando en una “Nueva Era” de paz y de bienestar, rica de cambios en el cambio social, político y religioso. La New Age debería ocupar el lugar del cristianismo. ¿Cuando? Precisamente en nuestros días, alrededor del año 2000, es decir, en el momento de paso de la era astrológica de Piscis a la de Acuario.
Por esta razón, los seguidores de la New Age son conocidos también como “acuarianos”. Ellos no sólo creen que pueden entrar en contacto con los espíritus del más allá. Piensan que pueden, con las nuevas técnicas, entrar en contacto también con gnomos, duendes, elfos, y hadas, que para ellos no son otra cosa que “espíritus de la naturaleza”, o bien con los espíritus de las 71 plantas o de los árboles seculares (para los acuarianos, las plantas están vivas y es posible hablar con ellas; no distinguen entre vida humana, animal y vegetal).
También creen que pueden contactar con el gran espíritu de la tierra, que es un ser vivo (es la vuelta a las creencias paganas de la diosa Gaia, la divinidad de la tierra), o incluso con los espíritus del fuego o del agua. Como se ve, estamos ante una vuelta al paganismo y una especie de nuevo panteísmo.
Pero esta obra de paganización toca también al cristianismo, porque uno se puede poner en contacto con los ángeles, con el Eterno Padre (que no es la Primera Persona de la Santísima Trinidad, es decir, Dios que en su intimidad es Padre que eternamente engendra), o con Jesús (que no es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, es decir, el Hijo, que es eternamente engendrado del Padre), sino espíritus o entidades superiores.
Se puede hablar también con la Virgen, también ella considerada un espíritu superior y no la Madre de Dios que se hizo hombre por medio de ella, o bien con los guías indios, es decir, los espíritus de los indios americanos difuntos (que parecen tener una particular propensión en manifestarse), y con los grandes maestros superiores, detentores de un alto grado de sabiduría, los cuales, unidos en una Gran Fraternidad o Logia Blanca, constituirían un gobierno escondido en el planeta Tierra para guiar a la humanidad hacia un destino mejor.
Además, hoy que estamos en la época de los viajes espaciales, podemos ponernos en contacto mental e incluso visible también con los habitantes de otros planetas, tanto con aquellos que están en sus planetas como con los que llamamos extraterrestres, que en realidad serían espíritus llegados a grados más elevados, y que irían por el espacio a bordo de ovnis.
¿Cómo serían posibles estos contactos? Porque según los acuarianos, estando todos inmersos en un campo único de “energía universal”, somos elementos del “único cerebro” de un “único espíritu”, aunque creamos poseer una identidad separada.
Por este motivo, tenemos la posibilidad de comunicar por medio de este “cerebro-espíritu universal” con las 72 diferentes entidades que lo componen, igual que se sintoniza un canal de radio o TV. Se trata, dicen los acuarianos, de “conectarse” con la Conciencia Universal.
El channeling es la capacidad consciente para un individuo, elemento del Ser Único, de acceder al Gran Todo, al Gran Sí, al Ser Universal del que no somos más que fragmentos. Es la conciencia creciente de cada parte del Único Ser de poder acceder al resto de sí mismo.
El channeling resulta en perfecta consonancia con la visión monística de la realidad (hay una sola Realidad) propia de la New Age: todos los hombres, en cuanto partes de la Única Mente, pueden servir como “canales” para que cada parte del Único Ser pueda entrar en contacto con el resto de Sí mismo.
Los acuarianos afirman que la humanidad corre el riesgo de hundirse en el caos si no presta oídos a las sabias advertencias que las entidades de la otra orilla le dan. El hombre necesita un “desembocamiento al universo”. “Insertaos en el universo”, en la conciencia universal, dicen. ¿Pero como? Uno se asoma al más allá igual que se sintoniza un canal (channel) radio o televisivo.
El channeling es el proceso de recepción de informaciones de estas entidades que se encuentran a un nivel de realidad diverso del ordinario, físico, es decir, están en otra dimensión.
Los elementos que hacen posible esta “sintonización” serían:
– un “canal” o “canalizador” (lo que en el espiritismo clásico se llama “médium”) capaz de sintonizarse con otra dimensión, es decir, a un nivel superior al mundo físico para recibir los mensajes
– una entidad no física, fuente de mensajes, situada en la otra dimensión
– un mensaje que vaya de la entidad al canalizador.
A primera vista parecería que no es muy diverso del espiritismo clásico, y sin embargo lo nuevo es que la New Age considera todo esto como manifestación y desarrollo de las potencialidades latentes en la mente del hombre, y además considera todos los fenómenos de la historia de las religiones un fenómeno de channeling.
Según esta teoría, Jesús sería un canalizador en la tierra para transmitir los mensajes de una entidad denominada “Dios Padre”. Pentecostés sería un fenómeno de canalización colectivo.
El Oráculo de Delfos habría servido de canalizador a la entidad Apolo. Serían igualmente “canales” o “canalizadores” profetas como Mahoma, místicos como san Juan de la Cruz, y fundadores de nuevas religiones como Joseph Smith, iniciador del mormonismo.
Ahora sin embargo ha empezado una “nueva era” (New Age), en la que nos daremos cuenta de que todos somos capaces de comunicar con los demás habitantes del Gran Todo Universal, tanto del mundo visible como del invisible, de ayer y de hoy, y esto porque cada uno de nosotros es un canalizador, es decir, una estación receptora de mensajes procedentes del Cristo, de los ángeles, de los muertos, de los espíritus de la naturaleza, de los extraterrestres, etc.
Se comprende por tanto el motivo por el que los acuarianos alientan la mediación, y, confundiéndola con la mística (que no tiene nada que ver), pretenden “romper el monopolio” que, según ellos, la Iglesia ha ejercido hasta ahora en la comunicación con el más allá, que debería ser de todos, no sólo de algún profeta o vidente. La mediación, de este modo, sustituye a la religión.
Escribe Jean Vernette en La Nuova Era (Ed. Pontificia Università San Tommaso D’Aquino, p. 12): “Los psicólogos podrían reconocer en ella una manifestación del inconsciente colectivo, o (como algunos teólogos sospechan) quizás como una manifestación de espíritus malignos, del “diablo”, del “impostor”.
El channeling, en cualquier caso, “funciona”. Sesiones de seminarios celebrados en California reúnen hasta 700 personas con la inscripción a 400 dólares.”
“El éxito triunfal de libros y películas de la actriz Shirley Mac Laine confirman esta moda apasionada. En los tres volúmenes de su autobiografía cuenta cómo se ha comunicado a través de los cristales, cómo ha viajado en el mundo astral y discutido durante horas con un cierto Ramtha, general de la Atlántida de hace unos 35.000 años, o con un cierto “Juan” de la comunidad esenia contemporánea de Jesús”.
“Ella cuenta también sus vidas precedentes como monja budista, soldado romano, joven inca o bailarina de harén. Pero todos estos personajes sin los grandes clásicos de las reencarnaciones, a los que se remiten la mayor parte de los occidentales que se atribuyen vidas anteriores. Hay pocos obreros de la [empresa automovilística] FIAT o amas de casa de la época de la antigua Roma”.