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Haz ejercicio mientras rezas el Rosario con SoulCore

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Colleen Scariano - publicado el 02/08/15
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Un programa de fortalecimiento de cuerpo y espíritu que involucra a los sentidos en la oración interior

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“El cuerpo y sólo el cuerpo es capaz de hacer visible lo que es invisible: lo espiritual y lo divino” (San Juan Pablo II).

Para algunos, al principio, la idea de que el ejercicio físico es beneficioso para la vida de oración puede sonar extraño y dar pie a la pregunta ¿qué tiene que ver el movimiento físico con la oración espiritual?

Sin embargo, cuando reflexionamos sobre nuestra fe católica, nos damos cuenta de que es cuerpocéntrica, completamente centrada en la Eucaristía, la ofrenda expiatoria del cuerpo de Cristo para redimirnos. Podemos imitar su sacrificio corporal en el sacrificio de nuestro cuerpo. De esta manera, las actividades cotidianas como el trabajo, el cuidado de los hijos y ayudar a los necesitados se vuelven una oración viviente.

Cuando piensas en ello, tiene sentido que Dios quiera que hagamos uso de expresiones externas que correspondan con la oración interna (CIC 2703).

La necesidad de involucrar a los sentidos en la oración interior proviene de un requisito de nuestra naturaleza humana: somos cuerpo y espíritu, y experimentamos la necesidad de traducir nuestros sentimientos externamente. Debemos orar con todo nuestro ser para dar todo el poder posible a nuestra devota súplica (CIC 2702).

Cuando involucramos cuerpo, mente y alma, nuestra oración se vuelve más poderosa. Vemos esta sabiduría en nuestra liturgia católica, que incluye diferentes posturas corporales que corresponden a cada parte de la misa.

Nos ponemos de pie para cantar, significando que somos participantes activos; nos sentamos -la postura de escuchar y aprender- para la Liturgia de la Palabra, y nos arrodillamos durante la Liturgia de la Eucaristía en reverencia y adoración. De esta manera, el cuerpo ayuda a conducir a la mente y al alma en la oración.

El alma no está aislada en una parte específica del cuerpo, sino que está presente en todo él. Por lo tanto, lo que hacemos con y para nuestro cuerpo afecta a nuestra alma. Esto es verdad no sólo durante la misa, sino a lo largo de nuestra vida.

La Escritura nos dice que “el espíritu está dispuesto pero la carne es débil” (Mt 26,41). Necesitamos fuerza y disciplina. Al fortalecer o disciplinar nuestro cuerpo (a través del ejercicio, la sana alimentación o el ayuno) hay un fortalecimiento correspondiente en nuestros “músculos espirituales” o virtudes (paciencia, perseverancia, sacrificio, fortaleza, etc.).

Esta combinación nos ayuda a construir cuerpos y almas más dispuestos y capaces de llevar nuestras cruces y más fieles en nuestras elecciones difíciles. Por contra, una falta de disciplina física puede minar o incluso erosionar el crecimiento espiritual.

A través de una profunda comprensión de nosotros mismos, viene el deseo de integrar el fortalecimiento del cuerpo y el alma conjuntamente y así nace SoulCore, un movimiento que combina la oración del Rosario con ejercicios centrales e isométricos.

Un verdadero dos por uno; tonificar nuestros músculos espirituales mientras ejercitamos los físicos. Tanto asistiendo a clases o a través de un DVD de entrenamiento, los participantes de SoulCore verdaderamente experimentan la realidad de dar gloria a Dios con el cuerpo. De hecho, el cuerpo es un vehículo a través del cual conectamos con Dios, nuestro creador.

El sacerdote John Joseph Myers, arzobispo de Newark, escribió que existen dos peligros respecto al cuerpo humano: la glorificación del cuerpo, que impregna nuestra cultura actual, o la negación de la realidad del cuerpo. SoulCore es una de muchas maneras a través de las cuales podemos incluir nuestro cuerpo en la oración, ofreciendo a Dios todo lo que somos.

San Juan Pablo II dijo que “para un cristiano, el significado del cuerpo es bueno, ineludible y central; el mismo cristianismo no puede entenderse separado del aprecio por el cuerpo”.

Cada día tenemos la oportunidad de ser fieles administradores de nuestro cuerpo. La apropiada alimentación, el descanso, el ejercicio y el cuidado se vuelven oración de obediencia y gratitud cuando intentamos ser la mejor versión de nosotros mismos para poder servir a Dios completamente.

SoulCore: Sorrowful Mysteries from Likable Art on Vimeo.

Por Colleen Scariano, fundadora de SoulCore y oradora inspiradora para Love Foolishly Mission.
Para más información sobre SoulCore, visita www.soulcoreproject.com 

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