Marta, Lázaro y María fueron tres hermanos de quienes sabemos que eran amigos de Jesús hasta el punto de que el Señor frecuentaba su compañía y su casa, tratándolos como a su propia familia.
Marta y María fueron anfitrionas de Jesús y aquella estancia sirvió para que el Señor nos dejara una lección sobre la importancia de la oración y sobre el equilibrio entre vida activa y vida contemplativa:
"Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra. Marta, que muy estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude». Pero el Señor le respondió: «Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria, María eligió la mejor parte, que no le será quitada".
De nuevo es santa Marta quien manifiesta la plena confianza en Jesucristo como Dios y Hombre: es ella quien, en el capítulo 11 de Juan, lo hace llamar -junto con su hermana María- para que sepa que su hermano Lázaro está enfermo. Al acudir Jesús, ella se lamenta abiertamente:
“Marta dijo a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto».
Resurrección de Lázaro
Cristo ha propiciado esta situación para obrar el milagro de la resurrección de Lázaro, como se narra a continuación. Pero antes también ha actuado en el alma de Marta, que pronuncia un acto de fe:
“Jesús le dijo: «Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá: y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?». Ella le respondió: «Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo»”.
La fiesta de los santos Marta, Lázaro y María de Betania se celebra el 29 de julio.
Patronazgo
Santa Marta es patrona de cocineras y cocineros, sirvientes, amas de casa, hoteleros, casas de huéspedes, lavanderas, Hermanas de la Caridad y el hogar.
Oración del 29 de cada mes a santa Marta
Oh, Santa Marta milagrosa,
me acojo a tu amparo y protección entregándome a ti,
para que me ayudes en mi sufrimiento,
y en prueba de mi afecto y agradecimiento,
te ofrezco propagar tu devoción.
Consuélame en mis penas y dolores,
te lo suplico por la inmensa alegría de tu corazón
al hospedar en tu casa de Betania al Salvador del mundo;
intercede por mí y por toda mi familia
para que conservemos siempre en nuestros corazones
a nuestro Dios viviendo en su gracia y
detestando toda ofensa contra Él;
para que sean remediadas nuestras necesidades y
en especial esta que ahora me hace sufrir (hágase la petición).
Te suplico que me ayudes a vencer las dificultades
con la fortaleza con que venciste, por el poder de la Cruz,
al dragón que tienes rendido a tus pies.
Así sea.
Amén.
Rezar tres veces el Padrenuestro. Avemaría y Gloria.