Un informe de la Universidad Católica Argentina, atacado por el gobierno, asegura que cerca del 30% de la población argentina vive debajo de la línea de la pobreza
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Lo sabía su Rector, monseñor Víctor Fernández, cuando inició su presentación el pasado 15 de junio: “Sabemos que los datos que ofrecemos significan un cuestionamiento a cualquier gobierno, nacional o local”. El Informe de la Deuda Social Argentina de la Pontifica Universidad Católica Argentina sobre la pobreza que ese día presentó aseguraba que, de acuerdo a los cerca de 5700 casos encuestados en la muestra, un 28,7% de la población argentina vive debajo de la línea de la pobreza.
En un año electoral, donde hay cambio de gobierno no solo a nivel nacional, sino también en gran parte de las provincias argentinas, el que más de una cuarta parta de la población no alcance a cubrir las necesidades básicas iba a levantar polémica. Y así lo hizo.
El jefe de gabinete del gobierno argentino, Aníbal Fernández, había calificado el hallazgo como “vergonzoso”. Fernández no cree “absolutamente en nada” de lo que dice el informe, ya que para él es “sin sentido”, y a él le “daría vergüenza”.
Conociendo estas declaraciones, monseñor Fernández respondió: “nuestros números son razonables, y no vergonzosos”. Y aunque admitió que la metodología es susceptible de discusión, defendió la correlación que hay entre los hallazgos y lo que se percibe en las grandes ciudades con las villas, y la cantidad de casos evaluados para la muestra, que supera en más de cinco veces el promedio de casos considerados por las encuestas en la Argentina.
El informe de la UCA expresa en números absolutos que en la Argentina hay más 11 millones de pobres, y dos millones de personas que viven por debajo de la línea de la indigencia. “Los datos de la pobreza no son nuevos, vienen siendo corroborados desde hace tiempo y no sólo por la UCA sino por otras fuentes. Además, lo vemos todos, no es necesario ir a las estadísticas", insistió por su cuenta el Arzobispo de Corrientes Andres Stanovnik.
“Basta con hacer unas cuadras en Itatí o cinco cuadras fuera del centro de Corrientes para darse cuenta de que la pobreza es una realidad, lo triste es ocultarla”, completó en una entrevista radial.
“No es malo decir que hay hermanos que viven en la pobreza", opinó el prelado. “Lo que es malo es no decirlo”, aseguró en su provincia monseñor Alfonso Delgado, arzobispo de San Juan, y pidió: “El gobierno que venga debe continuar en el escalón que dejó el anterior y conocer los problemas para resolverlos, en vez de taparnos los ojos y decir que sí, que no”.
A pocas semanas de las elecciones primarias, previas a las presidenciales de octubre, los principales candidatos no han hecho del combate contra la pobreza una bandera. En las ideas básicas presentadas por el candidato oficialista Daniel Scioli en su sitio de internet no se menciona la palabra pobre ni pobreza, ni siquiera entra las propuestas de Desarrollo Humano que propone.
En la enumeración de ideas abstractas que enumera Mauricio Macri en su portal, tampoco tiene presente de manera explícita a este sector de la población. El candidato Sergio Massa incluye a la palabra pobreza en el marco de su propuestas de Desarrollo Humano involucrando en el combate contra ella al sector bancario, y propone varias medidas que la atacan. Sin embargo, ni él ni el resto de los candidatos, al menos en el discurso público, han tenido espacio para discutirla.
Plasmar las palabras en propuestas concretas para combatir la pobreza de manera integral, y difundirlas prioritariamente, es una de las deudas pendientes de la campaña electoral 2015. En los espacios publicitarios asignados gratuitamente desde esta semana se verá si los candidatos toman la posibilidad de hacerlo.
