¿Por qué Jesús ordenó a los discípulos callar sobre sus milagros? El profesor Pasquale Basta, docente de Sagrada Escritura en el Instituto Teológico del Seminario Mayor de Basilicata y en el Instituto Pontificio Bíblico de Roma del curso Hermenéutica Bíblica, explica a Aleteia: “La cuestión del secreto mesiánico es muy debatida porque efectivamente en el Evangelio de Marcos existen diversas llamadas de Jesús a no decir lo que está haciendo. El Mesías impone el silencio”.
Curaciones y exorcismos silenciosos
Basta da ejemplos concretos: “Encontramos tres episodios en que libera a los endemoniados a través del exorcismo, y pide que no se difunda la noticia (Mc 1,25; 1,34; 3,12). Otras veces cura y, al mismo tiempo, pide que no se hable con nadie. Hay al menos cuatro casos del género (Mc 1,44; 5,43; 7,36; 8,26)”.
“A veces a los discípulos les impone no decir que Él es el Mesías (Mc 8,29-30). Este es el momento crucial del Evangelio de Marcos. En el momento en que Jesús es reconocido como Mesías, comienza el viaje a Jerusalén que lo conducirá a la muerte”, añade.
Una explicación teológica
Sobre este “silencio”, el biblista subraya que hay varias explicaciones ofrecidas por los exégetas.
“El primero que lo observó fue William Wrede, teólogo crítico luterano. Él dio una explicación teológica, diciendo que el secreto es un recurso de la comunidad primitiva para explicar cómo Jesús no apareció inmediatamente en su grandeza. Sabemos bien, de hecho, que era una persona poco conocida, un galileo anónimo”.
Una explicación pedagógica
Luego, continúa Basta, hay una explicación más pedagógica, “es decir, que se mostró poco a poco como Mesías porque no quería ser confundido como un curandero cualquiera. Los judíos se esperaban un Mesías poderoso; en cambio Jesús no quería ser solamente un hombre que resolvía los problemas de los demás. Porque Él era otra cosa”.
Una explicación narrativa
Lo que hoy se tiene más en consideración, dice el experto, “es que desde un punto de vista del análisis narrativo, Jesús es el Mesías no por los milagros realizados, sino por la cruz”.
“La cruz es lo que lo muestra como Dios en la tierra. De hecho, el centurión romano no lo reconoce como Mesías durante una curación sino al verlo morir en la Cruz. En ese momento se revela su identidad”.
El escándalo del Dios en la cruz
El problema que Marcos tenía delante, según Basta, no era de poca importancia. “Era un escándalo para la época hacer creer que un derrotado, un muerto en la cruz, fuera el Mesías. El creyente reconoce en ese hombre a su Señor, pero la cultura dominante –no olvidemos las persecuciones que se prolongaron hasta el 313 d.C.– se reía de Jesús”.
El Evangelio, por lo tanto, “quiere hacer entender que en el inocente perseguido y justo se revela la grandeza de Dios”. “Morir por amor a los hombres, dar la vida por los demás”.
No es una máquina de conversión
Respecto a la afirmación según la cual el Evangelio de Marcos sería “una extraordinaria máquina de conversión”, el biblista se muestra crítico.
“El motivo real por el cual se escribió el Evangelio no es para convertir a la gente. Cierto que el objetivo era suscitar la fe, pero sobretodo quería responder a un interrogante que giraba alrededor de ese mundo: ¿Cómo es posible que aquellos que estaban destinados a distinguir la verdad de la mentira, me refiero a las clases sacerdotales, a los escribas, y en el ámbito político a Pilatos por ejemplo, lo hayan matado? ¿Por qué no fue reconocido por ellos sino por los pobres, por los últimos como el Mesías?”.
Un evangelio de “denuncia”
El motivo por el cual fue escrito el Evangelio es en un cierto sentido para “denunciar”, para “dar a conocer esta extraordinaria realidad. Lego servirá para suscitar la fe”.
“Sin embargo, el tema de la conversión me da la idea de proselitismo, en cambio Marcos no quería hacer proselitismo, sino dar a conocer el mensaje y la historia de Jesús. No estamos frente -concluye Basta– a ninguna forma de cristianismo de ataque”.
Hoy celebramos a...