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11 cosas que hacen a una mujer realmente hermosa (y no sexy)

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Catholic Link - publicado el 06/07/15
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¿Dónde eres más bella? Eres más hermosa en el interior

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En muchos casos el concepto de belleza ha quedado reducido al exterior, a la apariencia física; verse bien, estar bien arreglada, maquillarse, estar a la moda, tener las medidas perfectas… de este modo tristemente, se ha ido alejando de su verdadero significado, de aquella belleza que viene del alma y brota del corazón.
 
¿Ser sexy es lo mismo que ser bella?, ¿qué es realmente lo bello de una mujer? Si nos quedamos solamente con la belleza exterior nos damos cuenta inevitablemente que, ésta pasará en algún momento. Llegará un día en que envejeceremos. La belleza de una mujer no envejece con el tiempo y sus arrugas. No se reduce solamente a la apariencia física. Es mucho más que eso.
 
¿Dónde eres más bella? Eres más hermosa en el interior. En aquello que te hace distinta, especial y diferente a los demás. La belleza, ha estado desde la antigüedad relacionada con la bondado. La mujer ha suscitado, a lo largo de la historia, diversas reflexiones entre lo bueno y lo bello. Es así que los griegos acuñaron la palabra “kalokagathia” que significa belleza-bondad.  Platón decía: “La potencia del Bien se ha refugiado en la naturaleza de lo Bello”.
 
Les dejamos esta galería con 10 características que hacen a una mujer realmente hermosa 🙂

1. El entusiasmo, alegría y diversión de niña que te hacen tan cercana a los más pequeños.
 

 
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Dejas salir sin miedo y con libertad aquella ternura y sencillez que brota del alma. Dejas salir la inocencia de niña que llevas dentro. Eres una persona libre, capaz de alegrarte y sorprenderte como lo hacen los niños. De alegrarte con lo sencillo y valorar lo esencial de cada cosa.

2. Tu amistad auténtica, libre, fiel y casi maternal que te hace preocuparte por los demás.
 

 
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Eres una amiga de verdad. Proteges a tus amigos, te preocupas por ellos y buscas siempre su bien. Tu feminidad y amor maternal se expresan en esa apertura servicial hacia los demás, esa capacidad de comprender y de sacrificarte en cualquier situación.

3. Tu naturalidad que no busca ser el centro de atención.
 

 
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No buscas ser el centro de atención y por eso lo eres. Tu humildad exalta tu belleza. Tu naturalidad demuestra tu sencillez. En tu manera de actuar reflejas tu alma. No tienes que hacer muchos esfuerzos por mostrarla porque ella sola se refleja y llama la atención de los demás.

4. Tu forma de hablar pero sobre todo, de escuchar.
 

 
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Sabes ponerte en el lugar de los otros, eres empática y te preocupas por escucharlos. Sabes dar un consejo en el momento preciso y callar cuando también es conveniente. Las personas confían en ti porque demuestras interés por cada uno.

5. Tu fortaleza y confianza porque sabes que actúas con rectitud.
 

 
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Sabes que actúas con rectitud. No tienes miedo de mostrar cómo eres y en qué crees, pues sabes muy bien lo que hay en tu interior. Las decisiones que tomas en tu vida están basadas en tu identidad más profunda y por eso, aunque algunas veces te equivoques, tienes la seguridad de haber buscado hacer lo correcto.

6. El misterio femenino de tus pensamientos y gestos.
 

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Actúas con respeto y elegancia. Sabes transmitir silencio y paz con tus actos y en tu manera de hablar. Eres una persona reflexiva e interesante. En todo esto se manifiesta tu feminidad.  Delicada, silente y reverente.

7. Tu apertura al encuentro y acogida de los demás.
 

 
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Tratas a las personas con bondad y sabes reconocer en ellas lo mejor de cada una. Eres una persona acogedora, las personas se sienten a gusto cuando se acercan a ti, porque saben que en tu corazón hay espacio para cada una de ellas.

8. No usas máscaras, ni poses. Tú eres auténtica.
 

 
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Crees en ti misma y sabes que no necesitas aparentar ser alguien que no eres. Actúas con transparencia y honestidad. Eres sincera y muestras con libertad lo que piensas y sientes; siempre siendo prudente, pero nunca escondiendo lo que eres.

9. Tus ojos que son las ventanas de tu alma.


 
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Los ojos son el reflejo de tu alma, son la puerta abierta a la bondad, la profundidad y el amor que hay en  tu corazón. Buscas cuidar tu mirada de cosas que la manchen y buscas en todo ver la realidad desde los ojos de Dios.

10. Esa característica que es sólo tuya, que nadie más la tiene porque eres única e irrepetible.
 

 
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Conoces tus dones y los pones al servicio de los demás. Conoces tu mundo interior y eso te hace bella.  Ese mundo interior tiene un tono de misterio que hace que los demás quieran conocerte y aventurarse a conocer su mundo interior también.

11. Y la última y la más importante de todas… Tu mundo interior fuerte. Fruto de tu relación con Dios.
 

 
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Eres verdaderamente hermosa cuando reflejas en tus gestos, palabras y acciones la imagen de Dios que llevas dentro. Tu vida busca en todo tener al Señor como fundamento. Hacer que brille el Espíritu que esta vivo y actuante en tu interior.
 
Les dejamos esta infografía que completa muy bien lo dicho en esta galería 🙂 ¡Esperamos les guste este material y sea muy útil para su apostolado!.
 

Artículo originalmente publicado por Catholic Link
 
 
 

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