¿Quiere decir que cualquier cosa que dice tiene el valor de una “palabra de Jesús”?
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Querido director, ¿qué significa que el Papa es el vicario de Cristo? ¿Quiere decir que cualquier cosa que dice tiene el valor de una “palabra de Jesús”? ¿Pero de esta manera no corre el riesgo de quedar a merced de la volubilidad humana?
El Concilio Vaticano II, en la Lumen gentium, recuerda que el Papa, “en virtud de su cargo, es decir, como vicario de Cristo y pastor de toda la Iglesia, tiene plena, suprema y universal potestad, que puede siempre ejercer libremente” (n. 22). Por eso él “es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los Obispos como de la multitud de los fieles” (n. 23).
Es, por lo tanto, vicario de Cristo en cuanto que ejerce su autoridad sobre toda la Iglesia. Su ministerio es sólo una de las maneras en que Cristo se hace presente en su Iglesia, la guía y la mantiene unida. Él, por ejemplo, está presente en su Palabra, en la asamblea que celebra la liturgia y, sobretodo en la Eucaristía.
El Papa y los obispos ejercen su autoridad en nombre de Cristo, como sus vicarios, al servicio de toda la Iglesia. Esto no significa que sean inmunes a debilidades, errores, o al pecado.
La asistencia del Espíritu Santo está garantizada cuando administran los sacramentos, así como para el Papa cuando define una doctrina en materia de fe y de moral ex cathedra, es decir, en virtud de su suprema autoridad apostólica.
Juan Pablo II, al responder a Vittorio Messori en el libro Cruzando el umbral de la esperanza, dijo que la expresión vicario de Cristo “más que a una dignidad, alude a un servicio: pretende subrayar las tareas del Papa en la Iglesia, su ministerio petrino, con la finalidad del bien de la Iglesia y los fieles.
Lo había entendido perfectamente san Gregorio Magno, el cual, entre todas las atribuciones relacionadas con la función del Obispo de Roma, prefiere la de Servus servorum Dei (Siervo de los siervos de Dios)”.