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Papa Francisco: Abuelos y jóvenes unidos afrontan cualquier crisis

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 21/06/15
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Al iniciar su visita a Turín, propone vivir la alegría del Evangelio con hechos concretos en la familia, el trabajo, y la sociedad

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El Papa Francisco inició este domingo su visita en Turín (Italia) escuchando a una madre obrera, un veterano empresario que prefirió no llevar la producción al exterior para mantener el trabajo a sus empleados y un joven agricultor.
 
Este viaje apostólico se celebra este 21 y 22 de junio 2015 en ocasión de la ostensión de la Sabana Santa y del bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco.
 
Para prevenir la crisis y esperar un cambio, el Papa exhortó a buscar un “nuevo modelo económico que no esté organizado en función del capital y de la producción, sino en función del bien común”.
 
En su alocución también hizo propuestas concretas para salir de la crisis. De esta manera, pidió enfrentarla con “solidaridad y una mirada amplia”, con “formación” de los jóvenes y a lo largo de toda la vida, como el modelo indicado por Don Bosco.

Francisco pidió sostener “un pacto social generacional” y destacó que los jóvenes son la fuerza y el futuro de la sociedad y los ancianos son la experiencia y la memoria.
 
En la tierra de sus abuelos, el Papa pidió “valentía” concreta para salir de la crisis que, señaló, es "global" y no solo de una ciudad. Luego indicó que “esto no significa "resígnense", al contrario: arriesguen, ¡sean valientes! Por esto rezo y les acompaño con todo mi corazón”.
 
“Me gustó tanto que ustedes tres hablaran de la familia, de los hijos y de los abuelos -dijo a los testimonios que precedieron su discurso-. No olviden esta riqueza. Los hijos son la promesa que hay que sacar adelante”, dijo improvisando a los representantes del mundo del trabajo. 
 
Solidaridad del Papa con los trabajadores precarios 
 

“Mi visita en Turín inicia con ustedes. Y sobre todo les expreso mi cercanía a los jóvenes desocupados, a las personas en caja-integración o precarios; pero también a los empresarios, a los artesanos y a todos los trabajadores de los varios sectores, sobre todo a los que tienen dificultad a salir adelante”.
 
El Pontífice habló de la crisis mundial que golpea trabajadores, empresarios y familias enteras, e hizo una propuesta para salir de la crisis con el trabajo: formación, innovación y crédito.
 
El contexto de esta visita es Turín, una ciudad históricamente reconocida como un polo industrial, pero que hoy está postrada ante la crisis económica. “El trabajo falta, han aumentado las desigualdades económicas y sociales, tantas personas se han empobrecido y tienen problemas de casa, de salud, de instrucción”, admitió el Papa.
 
En su discurso definió el trabajo como algo necesario para la persona humana y no solo para la economía y reafirmó que llevar el pan a la mesa con el sudor de la frente es importante para “la dignidad”, “la ciudadanía” y “la inclusión social”.
 
Inmigrantes como sus abuelos hoy son tratados como mercancías
 
La otra cara de la ciudad es la inmigración, que además tendrá una representación a la hora del almuerzo con el Papa, que se sentará a la mesa con un grupo de trabajadores extranjeros en la sede del arzobispado de Turín.
 
“La inmigración aumenta la competitividad, pero los migrantes no deben ser señalados como culpables, porque ellos son víctimas de la inequidad de esta economía que descarta y de la guerra. Me hace llorar ver el espectáculo de estos días, en los cuales los seres humanos son tratados como mercancías”, dijo el Papa Bergoglio, hijo de inmigrantes piamonteses que llegaron a Buenos Aires para buscar un porvenir. 
 
El poder del dinero y la corrupción empobrecen
 
En este sentido, remarcó: “¡No a la idolatría del dinero, que empuja a entrar a toda costa en el número de los pocos que, a pesar de la crisis, se enriquecen, sin cuidar de tantos que se han empobrecido, a veces hasta llegar al hambre”.

 
Asimismo, exhortó: “¡No a la idolatría del dinero!”, “¡No a la corrupción […] tan difundida que parece normal!". Y pidió la resolución del problema con hechos, no con palabras. Así, el Pontífice tronó nuevamente contra la corrupción y pidió, ante las autoridades políticas, eclesiales y civiles de la ciudad, decir no a las alianzas mafiosas, a las trampas, a los sobornos.
 
El Papa clamó justicia contra la discriminación de la mujer en el trabajo. E invitó a decir “no a la inequidad que genera violencia. Don Bosco nos enseña el método mejor para la prevención: también el conflicto social debe ser prevenido y esto se hace con la justicia”, con "trabajo digno del hombre y la mujer”. 
 
Señalando el testimonio de una madre trabajadora que mantiene la familia porque su esposo es desempleado, sostuvo que “sus derechos van protegidos con fuerza, porque las mujeres, que también tienen el peso mayor del cuidado de la casa, de los hijos y de los ancianos, son todavía discriminadas, también en el trabajo”, señaló.

Después el Papa siguió su visita pastoral visitando la Catedral de San Juan Bautista de Turín, donde está custodiado la Sábana Santa o Santo Sudario.

 

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