En la pasada campaña electoral un político se atrevió a decir que gracias a la recuperación económica en España ya nadie hablaba ni de la crisis ni del paro.
Lo peor de esta afirmación no es que sea falsa, que por su puesto lo es, sino que demuestra una enorme irrealidad, que da la razón a los que acusan a los políticos de formar un casta que vive en una burbuja social; pero sobre todo demuestra una enorme insensibilidad con respecto a los millones de familias españolas que viven el drama del desempleo.
Muchos creen además que el desempleo sólo se combate con políticas de recortes sociales, cuando estas por un lado sólo combaten el paro a medio y largo plazo, sin solucionar los dramas de las familias en paro en el presente, y además sólo favorecen el empleo en los sectores sociales menos vulnerables, o más privilegiados.
Sólo quienes están en contacto con la realidad, y están libres de los prejuicios ideológicos hiper-liberales, comparten la sensibilidad social capaz de generar creatividad para promover el empleo en todos los ámbitos sociales, como son los responsables y los voluntarios de Caritas.
En Caritas de hecho se dan cuanta de que los que más sufren el desempleo son los más vulnerables a la exclusión social. Por eso se empeñan en la formación y capacitación para facilitar la inserción laboral, a través de una red territorial que acoge, orienta, informa y utiliza todos los recursos a su alcance para aumentar la empleabilidad.
Para ello Caritas sostiene entre otras iniciativas los Centros de Capacitación y Orientación Laboral para las personas más vulnerables, dado que la sociedad hace precisamente lo contrario: concentra sus esfuerzos de capacitación laboral dirigiéndose a los sectores que actualmente se ven menos castigados por la crisis.
En estos centros se enseñan los oficios con mayor demanda en el mercado laboral (cuidado de personas dependientes en domicilio, agentes polivalentes de almacén, manipuladores de alimentos, limpieza de superficies y mobiliario en edificios y locales, conserjes de fincas urbanas, auxiliares de peluquería y estética, etc..).
Además, cada alumno cuenta con un orientador laboral para asegurar un seguimiento personalizado. Y uno de los centros esta dedicado expresamente a jóvenes con carencias formativas y sociales.
Sólo quien conoce la realidad y es sensible a ella despierta la creatividad necesaria para que encuentren empleo todos, no sólo los más privilegiados.