San Agustín de Canterbury nació a mediados del siglo VI. Fue monje y prior del monasterio benedictino de San Andrés en Roma.
El papa san Gregorio Magno le envió en el año 596 como misionero a evangelizar Inglaterra.
En aquel país ya había cristianos pero las invasiones de algunos pueblos (entre ellos los sajones) había mermado la expansión de la fe y había hecho que muchos cayeran en la idolatría.
San Agustín, que destacaba por su bondad y sencillez, llegó a Gran Bretaña con el nombramiento de abad con otros monjes.
La admiración del rey
Fue recibido por el rey Ethelberto, cuya esposa era una princesa merovingia cristiana.
El ejemplo de ella influyó para que el monarca viera con buenos ojos la labor de los misioneros.
Los escuchó, los atendió, valoró con rectitud lo que hacían los misioneros y finalmente se convirtió.
Ethelberto (que llegaría a ser santo) pidió al monje san Agustín y su grupo que se evangelizara en todo el territorio inglés y les dio permiso para que fundaran el monasterio de Canterbury.
También ayudó a construir iglesias y a convertir templos paganos en cristianos.
Al mismo tiempo, san Agustín le enseñó a que diera libertad a sus súbditos para que se convirtieran o decidieran no hacerlo, sin que eso supusiera un castigo. Además, el rey cedió su palacio para que fuera monasterio y sede del obispo.
San Agustín de Canterbury murió el 26 de mayo del año 605. Está considerado el evangelizador más importante que tuvo Inglaterra.
Santo patrón
San Agustín de Canterbury es patrón de Inglaterra.
Oración
Dios nuestro,
que por la predicación del obispo san Agustín de Canterbury
hiciste brillar la luz del Evangelio sobre el pueblo de Inglaterra,
haz que la semilla de sus trabajos apostólicos continúe dando frutos en tu Iglesia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén.