Cuando pasen las generaciones, Horacio Verbitsky quedará en los libros como uno de los periodistas argentinos más emblemáticos de la democracia. Pero hoy, en la coyuntura de una Argentina dividida hasta el extremo, está en la mira. Y se le acusa de haber colaborado con las Fuerzas Armadas mientras militaba en las filas de la organización peronista guerrillera Montoneros.
Verbitsky, que escribió los tomos de la crítica y polémica Historia Política de la Iglesia Católica Argentina, ha sido el periodista que desde el momento de la elección de Francisco más ha cuestionado la actuación del Papa durante los años de la dictadura militar. Según sus fuentes, Francisco habría colaborado como superior jesuita entregando personas buscadas por las fuerzas del Estado durante ese gobierno de facto entre 1976 y 1983.
En distintas circunstancias, incluso antes del nombramiento de Bergoglio como Papa, no sólo se ha demostrado la inexactitud de las acusaciones sino más bien lo contrario: que Jorge Bergoglio ha salvado vidas sin consentir con ninguna de las partes enfrentadas durante esos años. Quien estas palabras escribe lo ha podido saber por alumnos del Colegio Máximo y por fieles de San Miguel que asistían a sus Misas por aquellos años. Además, desmintieron a Verbitsky, con mayor autoridad, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, y Francisco Jalics, compañero jesuita exiliado quien tras años de mala relación con Bergoglio explicó que sus diferencias no respondían a supuestas entregas de Bergoglio.
Curiosamente, la acusación que el periodista realiza sobre Bergoglio ahora cae sobre él. Durante la dictadura militar, Verbitsky condujo la inteligencia de Montoneros junto con el desaparecido Rodolfo Walsh, y daba difusión interna del conflicto entre los militantes. Pero según los periodistas Gabriel Levinas y Sergio Serricchio, del blog Plaza de Mayo, durante esos años Verbitsky colaboró además con las Fuerzas Armadas, a las que desde Montoneros combatía. Según explicó Lavinas ayer en Radio Mitre, y como se publica en su blog (www.plazademayo.com), hay evidencia caligráfica que confirmaría que el periodista colaboraba en la redacción de los discursos de la Fuerza Aérea y guardaba con ella un vínculo laboral.
Durante la noche, el mismo Verbitsky adelantó su defensa en Canal 7, la Tv Pública, defensa que luego confirmó en el diario del que es infaltable colaborador Página 12. Verbitsky desmintió dicha colaboración y prueba caligráfica, rechazó haber tenido un contrato laboral para la elaboración de un libro, como publican quienes le acusan, aunque admitió que tenía una relación de amistad por cuestiones familiares con el comodoro Juan José Güiraldes. Según Verbitsky, Güiraldes no era un “cuadro” de la dictadura.
No es la primera vez que se le acusa a Verbtisky de colaborar con la dictadura militar, hecho que demostraría una traición del periodista a sus entonces compañeros de lucha en Montoneros. Su ex compañero en Página 12 Jorge Lanata ha deslizado esa colaboración en más de una ocasión, y ayer dio amplia cobertura a esta denuncia. Sí es la primera vez que se presenta una evidencia de este tipo, caligráfica y documental, aunque ha sido parcialmente desmentida por Verbitsky, y el libro con la investigación aún no ha sido publicado. Defendiendo su inocencia, Verbitsky alega que se trata de una operación de prensa del Grupo Clarín, “por haber desnudado su rol en la operación del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, para ser reelecto”.
Independientemente de la evidencia que a un lado u otro se presente, las partes periodísticas parecen irreconciliables. Quizá los libros, independientemente de lo que en los años 70 haya ocurrido, terminen por dar a cada periodista el rol que le ocupe en la historia argentina. Mientras tanto, que dos periodistas que piensen distinto con respecto a un gobierno ocupen una misma página parece cosa imposible.