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“Fast and Furious” en la vida real, una práctica asesina

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Esteban Pittaro - publicado el 12/04/15
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En la Argentina, la misma semana en que se estrenó “Fast and Furious 7”, con el mismo éxito de taquilla que en el resto del mundo, una carrera ilegal de coches se cobró la vida de un joven de 16 años

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El prematuro fallecimiento del actor Paul Walker hizo que la última entrega de la saga de Fast and Furious,-Rápido y Furioso en Hispanoamérica, y A Todo Gas en España- sea un rotundo éxito de taquilla en todo el mundo.

El actor falleció a finales de 2013 en un accidente de tránsito a alta velocidad cuando aún no se había terminado de filmar esta película que lo tiene como coprotagonista, lo que llevó a la utilización de distintas tecnologías para reemplazarlo en las escenas que no había alcanzado a filmar.
 
La Argentina no fue la excepción. En menos de una semana Rápido y Furioso tuvo más de un millón de espectadores, lo que la convierte ya en uno de los estrenos de más éxito en años. Morbo o fascinación, la película de los coches veloces, e ilegales, tiene aún una proyección impactante para los días por venir.
 
La misma semana del estreno, un joven de 19 años atropelló a otros seis mientras corría una picada, como se le llama a las carreras ilegales de coches en la Argentina.

Sucedió en una avenida de Haedo, Gran Buenos Aires, aunque podría haber ocurrido en el resto del país, donde son muy comunes estas riesgosas carreras. Uno de los jóvenes, de 16 años, falleció, y los otros cinco resultaron heridos. El conductor se encuentra detenido y acusado de homicidio simple con dolo eventual y tendría una pena de entre 8 y 25 años.
 
En redes sociales, a través de grupos abiertos y páginas, se organizan estas carreras que, como mostraron escalofriantes imágenes grabadas con teléfonos celulares, atraen a cientos de personas.
 
Estas carreras son consideradas un delito penal en la Argentina. El Código contempla: “Será reprimido con prisión de seis meses a tres años e inhabilitación especial para conducir por el doble de tiempo de la condena el conductor que creare una situación de peligro para la vida o la integridad física de las personas, mediante la participación en una prueba de velocidad o de destreza con un vehículo automotor”.

Pero la pena, independientemente del en muchos casos ineficiente control, parece no ser suficiente. Distintos especialistas en seguridad vial que circularon los medios argentinos estos días afirman que es necesario que las penas para los que corren careras por las calles sean más duras, independientemente del saldo mortal.

Durante 2014, en la Argentina se registraron 7.613 muertes en accidentes viales. Por día son cerca de 20 los fallecidos. Según cifras de la Asociación Civil Luchemos por la Vida, en la provincia de Buenos Aires en el 2014 murieron 2.334 personas. Córdoba es después de Buenos Aires la provincia con más muertes con casi 500 por año.
 
Aunque las cifras no corresponden a picadas mortales, la responsabilidad al volante no compromete sólo a quienes incurren en la práctica de ese delito. Que la alta velocidad se quede en la pantalla es un compromiso de todos los conductores.

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