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El arzobispo de México DF no se rinde a la aprobación del aborto en la arquidiócesis

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Jaime Septién - publicado el 30/03/15
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“El mayor destructor de la paz en el mundo actual es el aborto”, dice el cardenal de México, Norberto Rivera Carrera

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México vive un resurgimiento de la organización social y de la respuesta eclesiástica sobre el tema de la legalización del aborto. Al intento de legalizarlo hasta las 12 semanas de gestación que se buscó en todo el país, solamente respondió positivamente el Distrito Federal. El resto de las entidades federativas han dicho no al aborto y sí a la vida.

Por ello, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera calificó el día de ayer, Domingo de Ramos, al aborto como “la práctica contemporánea de mayor destrucción de la paz en el mundo”.

El cardenal Rivera Carrera ha sido una de las voces más firmes de oposición al gobierno del Distrito Federal, un gobierno de izquierda, que ha legalizado el aborto y que ahora su ufana de que ya se han practicado “legalmente” más de 150 mil abortos desde 2007 en que pasó esta ley en la capital de la República mexicana.

Desde la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, donde ofició por la mañana la tradicional misa de Domingo de Ramos, monseñor Rivera Carrera aseveró que nadie, “ni los padres, ni el gobierno tienen la autoridad permitir la interrupción a la vida”.

“A menudo he afirmado, y estoy segura de ello, que el mayor destructor de la paz en el mundo de hoy es el aborto. Si una madre puede matar a su propio hijo, ¿qué podrá impedirnos a ti y a mí matarnos recíprocamente?”, preguntó el cardenal Rivera Carrera a la gente reunida en el santuario mariano más visitado del mundo.

Frente a la colina del cerro del Tepeyac, donde la Virgen de Guadalupe se le apareció a San Juan Diego en 1531, el cardenal mexicano subrayó que “el único que tiene derecho a quitar la vida es aquel que la creó. Nadie más tiene ese derecho; ni la madre, ni el padre, ni el doctor, ni una agencia, ni una conferencia, ni un gobierno. Me aterra el pensamiento de todos los que matan su propia conciencia, para poder cometer el aborto”, dijo.

La Misa de Domingo de Ramos la concelebró el cardenal Rivera Carrera con el cardenal Ennio Antonelli, presidente emérito del Consejo Pontificio para la Familia del Vaticano. Durante la homilía, el purpurado mexicano señaló que “es triste ver lo que acontece hoy en tantas partes del mundo, cuando la vida es deliberadamente destruida por la guerra, por la violencia y por el aborto”.

Asimismo, en referencia al inicio de la Semana Santa con el Domingo de Ramos, tradición muy popular en México como en buena parte de América Latina, el cardenal Rivera Carrera aludió a la Pasión de Jesucristo resaltando que estos hechos de dolor, traición, y violencia “siguen muy presentes en el contexto actual”.

Esta pasión continúa hoy en día “en los males físicos que sufre todo ser humano: el hambre de tantos hermanos nuestros, las enfermedades, las torturas, la falta de ropa y de vivienda”, manifestó el cardenal Rivera Carrera.
 

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