Sinergia entre Catholic Relief Services y Cáritas Mexicana alivia situación de familias devastadas por Odile
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Uno de los grandes centros de desarrollo turístico de México es la zona conocida como “Los Cabos”, que agrupa a San José del Cabo, Cabo San Lucas y la antigua Misión de Loreto, en el sur de la Península de Baja California.
No obstante los enormes desarrollos hoteleros y las zonas residenciales que se mezclan entre el desierto y el mar, la mayor parte de ellas pertenecientes a ciudadanos estadounidenses, Baja California Sur esconde graves niveles de pobreza y desigualdad social.
Como reflejo de México, uno de los diez países más visitados del mundo, con cerca de 30 millones de turistas al año, el desarrollo turístico no ha traído consigo el desarrollo social. Y en la zona sur de Baja California, el año pasado el huracán Odile desveló la tragedia en la que viven miles de habitantes de la zona.
La intervención de Cáritas ha sido decisiva para reconstruir el tejido social y proveer de sustento a miles de familias que quedaron, literalmente, a la intemperie. Lo perdieron todo.
“Lo que hizo Odile es que se volviera la mirada hacia acá”, comentó el padre Fernando Espinosa Carrera, titular de la parroquia de la Divina Providencia, del decanato de San José, en San José del Cabo.
Tras la “invasión de ayuda” inicial, la solidaridad nacional e internacional se fue apagando. Previendo este panorama Catholic Relief Services (CRS), Cáritas de Baja California Sur A. C. y la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (CEPS), a través de Cáritas Mexicana, firmaron un convenio de colaboración para solventar las necesidades más emergentes de varias comunidades del decanato de San José y San Lucas, en Los Cabos, y reparar algunas de las viviendas más dañadas.
Cada uno sabe qué necesita más
En este compromiso, CRS es responsable de administrar los fondos de más de 2.2 millones de pesos (unos 150 mil euros) aportados por el Conrad N. Hilton Foundation, mientras que las Cáritas local y nacional se encargan de la ejecución de los trabajos.
Pero esta asistencia tiene una novedad: se entregan monederos electrónicos con 600 pesos al mes a cada una de 725 familias afectadas para que ellas mismas decidan qué es lo que más necesitan y adquieran los bienes directamente en el supermercado, con la única restricción que no pueden ser usadas para adquirir tabaco o bebidas alcohólicas.
Esta ayuda les llegará durante 3 meses. Además, incluye la construcción de 18 módulos de vivienda, para que igual número de familias ya no duerman a la intemperie.
“Caritas diocesana y Cáritas Mexicana nos comentaron del interés de CRS por ayudar en estas situaciones y se fue dando la sinergia, el diálogo, la coordinación, para aterrizar esa ayuda”, relató el padre David Ojeda Gutiérrez, representante de Cáritas de Baja California Sur.
Los monederos no son la solución, pero “permiten reconocer la subjetividad de la persona. Esa subjetividad que no es otra cosa que valerse por sí mismo, el decidir. Eso es algo que se alienta con esta iniciativa, el hecho de que el beneficiario pudiese decidir qué comprar, qué adquirir, le da esa capacidad de reconocer en esa subjetividad”, dijo el padre Espinosa Carrera.
Cada beneficiario sabe cómo usar el monedero, porque cada uno conoce mejor sus necesidades inmediatas. Y a ello se han unido cadenas comerciales que están ofreciendo descuentos a los usuarios del monedero de CRS y Cáritas.
(Con información de la Comisión de Pastoral Social Cáritas Mexicana)