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Sacerdote asesinado en Colombia: La violencia no perdona a nadie

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Monica Ibáñez Sarco - publicado el 25/03/15
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Sincelejo se echa a la calle para llorar al padre Fernando Meza y rechazar la inseguridad

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Sincelejo es la capital del departamento de Sucre. Es una ciudad de Colombia que se encuentra ubicada al noroeste del país, en la Costa Caribe. Es considerada como la vigésimo cuarta ciudad más poblada de colombia, con 267.571 habitantes en 2012.

Esta ciudad no ha podido con el flagelo de la violencia y durante los últimos años esta se ha recrudecido; en la semana se realizan entre 12 y 15 asesinatos. La inseguridad y el temor entre los habitantes es cada vez mayor.

El pasado sábado 21 de marzo, Sincelejo se vistió de luto: la víctima esta vez ha sido un gran pastor, el padre Fernando Meza. No es una familia la que lo llora sino todo un pueblo que perplejo y cansado de tanta inseguridad ha salido a las calles a manifestar su rechazo frente al poco control por parte de la justica con la situación social.

“Que el crimen de este sacerdote, de este siervo de Dios no quede en la impunidad, como tampoco los de otros tantos que han perdido la vida por la inseguridad en Sincelejo y Sucre”, dijo Clara Inés Romero a El Heraldo.

El Padre Meza fue atacado por dos delincuentes en la puerta de la casa cural, y herido por dos balazos perdió la vida en la intervención quirúrgica a la que llegó moribundo.

Un padre con vocación de servicio

El Padre Fernando Meza, oriundo de Sincé, Sucre, fue ordenado sacerdote el 25 de febrero de 1989 por monseñor Héctor Jaramillo Duque, quien fue obispo de Sincelejo. Fue el último de 10 hermanos y ha fallecido a los 53 años. Estudió Teología en Roma. Allá tuvo la oportunidad de conocer al Papa Juan Pablo II.

Dora Alicia Alvarez, mujer casada y con dos hijos que actualmente reside en Medellín, que tuvo la oportunidad de conocer al Padre Fernando hace 12 años hablaba así de él: “Gran sacerdote servidor del pueblo de Dios, alegre, servicial, dinámico, cariñoso, tierno, buen consejero, siempre estaba donde se necesitaba, un gran líder en la iglesia, era un ser extraordinario, un verdadero testigo del amor de Dios ”.

Muestra de su liderazgo y ardor pastoral se expresó en que  fue quien construyó la primera Capilla de Adoración Perpetua en Sincelejo.

“Su misión evangelizadora era muy buena”

Antonio Montes, en referencia al trabajo pastoral de quien fuera su párroco hace apenas cuatro meses, afirmaba: “Lo recordaremos como un sacerdote que vivió con auténtico fervor, que cumplió a cabalidad la voluntad del Padre llevando a cabo la obra de Dios acá en la tierra”.

“Gastó su vida en una pastoral sin límites llevando a los hombres a Dios y llevando a Dios a los hombres. Fue de verdad un auténtico escogido de Cristo porque siempre anunciaba el reino de Dios dándole esperanza a los corazones, sosteniendo la fe y alimentando la caridad”, añadió.

“Lo recordaremos con la imagen de la franqueza, lealtad y alegría, siempre dispuesto a servir. Se preocupó mucho y trabajo por los jóvenes y las familias y se caracterizó también por su pasión por el Movimiento Cursillos de Cristiandad”,  dijo Dora Alicia Álvarez.

Sincé, su ciudad natal, se ha visto embargada de dolor al reconocer que un hombre de Dios y entregado a los demás ha sido arrebatado para la Vida Eterna.

El lunes, su cuerpo fue recibido con banderines y pañuelos blancos. El Padre Mene, como cariñosamente lo llamaban algunos fue enterrado el martes 24 de marzo y la Alcaldía de Sincé decretó tres días de duelo por la pérdida de uno de sus hijos más queridos.

“Estaré eternamente agradecida”

Dora Alicia Álvarez recuerda con gratitud la presencia del Padre Fernando en su vida y en la de su familia: “A través de mi amigo el  Padre Fernando vi a un Jesús vivo y una mirada amorosa de Dios. Me enseñó la pasión la entrega la dulzura y la alegría con que se le debe servir al Señor”.

“Con sus enseñanzas sabias sobre la Iglesia fui creciendo como cristiana –añadió-. Me enseñó el amor a María como ejemplo de esposa, madre e hija, Me llenó de fe, esperanza y caridad para ayudar y servir en este mundo a los más necesitados”. 

En la imagen, funeral del sacerdote asesinado

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