Se llamaba Akash Bashir el guardia que el domingo pasado en Lahore, en Pakistán, impidió al kamikaze entrar y hacerse explotar dentro de la iglesia católica de St. John, en ese momento a rebosar de fieles.
Su gesto valiente, que le costó la vida, salvó sin embargo de la muerte a muchas otras personas. Su nombre ha sido dado a conocer ayer por el ANS, la Agencia de Información Salesiana: era un joven ex alumna de la escuela técnica salesiana del barro de mayoría cristiana de Yuhannabad.
Tenía sólo diecinueve años, Akash Bashir, que ese día estaba de guardia junto a un compañero en la puerta de la Iglesia. Cuando el kamikaze se acercó a la entrada, intentando sobrepasar con violencia a los dos jóvenes guardias, fue detenido; al darse cuenta de que llevaba una carga explosiva que escondía bajo un chaleco, le abrazó, haciendo de escudo con su cuerpo y evitando que el balance de las víctimas fuera más trágico.
“Es gracias a él – dice la orden de don Bosco – si el balance de las víctimas certificadas no ha sido tan terrible como pretendían los terroristas”. Las víctimas entre los fieles fueron 9 (16 en total), en las dos iglesias cristianas adyacentes que eran el objetivo de los terroristas.
La escuela salesiana, que se encuentra en el barrio cristiano de Lahore, permanecerá cerrada "hasta que pueda garantizarse la seguridad; algunos jóvenes actualmente ni siquiera pueden volver a sus casas, a causa de los continuos desórdenes y las violencias callejeras. Como minoría cristiana hay momentos en los que nuestra única esperanza está en la ayuda de Dios y de su Madre, María".
Hoy celebramos a...