Concluyó una cabalgata catequesis de 15 días, durante la que los jinetes trabajaron el Evangelio de San Marcos
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En el año de Don Jaime, en recuerdo por los cien años del natalicio del primer Obispo de Neuquén Jaime de Nevares, un grupo de jinetes del norte de esta diócesis andina realizó una catequesis a caballo de 15 días. El grupo visitó localidades comentando el evangelio y dando catequesis, en una travesía por paradisíacos parajes que culminó con Confirmaciones presididas por el obispo Virginio Bressanelli.
El padre Diego Canale, párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de Andacallo, encabezó la cabalgata. El padre Canale es oriundo de Buenos Aires, y fue ordenado sacerdote en 2009 por el cardenal Jorge Bergoglio. En respuesta a un pedido del obispo de Neuquén al hoy Papa Francisco, en enero de 2013 el padre Canale llegó a esta parroquia de Neuquén.
La cabalgata fue precedida por una novena preparatoria a la Virgen de Lourdes, en cuyo día bendijeron a los animales utilizados durante el recorrido. Durante los 15 días, leyeron el Evangelio según San Marcos, que consta de 16 capítulos, al ritmo de un capítulo por día, rezando y meditando la palabra. Recién al término del recorrido y de la catequesis, los que no lo habían hecho aún, recibieron los sacramentos de la iniciación en una Misa presidida por el Obispo.
No es la primera travesía que el padre Canale encabeza en sus dos años al frente de esta parroquia. Por su relación con Francisco, cuando éste fue designado Pontífice, la familia del padre Canale le ofreció un viaje a Roma. Sin embargo, el párroco pidió ayuda para viajar con feligreses y mostrarle al Papa, a su pedido, “cómo se vive la fe en el norte neuquino”.
La parroquia a su cargo, Nuestra Señora de Andacallo, se encuentra frente a la Plaza General San Martín, sobre la calle Jaime de Nevares, quien fue primer obispo de la diócesis.
Monseñor de Nevares nació el 29 de enero de 1915. Este año se cumplen 100 años de su nacimiento y son numerosos los homenajes que se realizan en su nombre. “Nuestra espiritualidad está marcada por los pasos de quien fuera nuestro primer obispo, que fue ejemplo de vida pastoral dedicada a los que menos tienen, a los más necesitados del amor de Dios”, decía en el inicio del año el equipo de Pastoral de Comunicación de la diócesis, muy activo estos días para hacer llegar el legado del recordado Obispo.
Su permanente opción por los pobres, y la defensa de los Derechos Humanos sin vacilaciones en momentos trágicos de la Argentina le valieron a monseñor de Nevares el respeto de muchos, e incluso la participación en la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, comisión de notables que tras la última dictadura militar investigó las violaciones a los Derechos Humanos durante ese período.
Más allá de su desempeño en esos años, y aunque no exento de polémica en una época de incertidumbre en la que la Iglesia en Latinoamérica en general lo estaba, fue un pastor muy querido por su pueblo, llano en el lenguaje y concreto en el mensaje. En su última bendición decía:
“Tata Dios nos pide coraje, que no nos achiquemos. Tenemos una doctrina que practicar y que
predicar y que vivir. Y si cuando se presenta la oportunidad, cuando hay un riesgo en vivirla en toda su interioridad, y nosotros nos achicamos, entonces hemos perdido la oportunidad y Tata Dios se encuentra defraudado por nuestra falta de fidelidad. Sean santos como Dios espera que los seamos, en la vida cotidiana, nada extraordinario; pero sí lo extraordinario de vivir hasta en sus detalles la doctrina del amor”.
La catequesis a caballo que el padre Canale encabezó durante 15 días, como otras actividades de la diócesis en este año de Don Jaime, están impregnadas de ese espíritu pastoral.