San Policarpo, originario de Esmirna (actual Turquía) es uno de los primeros obispos de la Iglesia. A esos obispos se les llama "Padres Apostólicos" porque fueron discípulos de los Apóstoles y recibieron la catequesis directamente de ellos.
Policarpo, concretamente, fue discípulo de san Juan Evangelista.
Entre sus discípulos se encontraba san Ireneo, también Padre Apostólico. Y mantuvo mucha relación con san Ignacio de Antioquía. Este último, al ver que iba a morir, le pidió que en su nombre escribiera cartas a las iglesias de Asia. Así lo hizo.
San Policarpo tuvo que combatir a los herejes del momento y murió martirizado: lo quemaron en la hoguera por orden del emperador Antonino Pío.
Santo patrón
San Policarpo es patrono de la disentería, una enfermedad infecciosa que afecta al intestino.
De la Carta de san Policarpo a los Filipenses
"Permanezcan, por tanto, en estos (sentimientos) e imiten el ejemplo del Señor, firmes e inconmovibles en la fe, amando a los hermanos, amándose unos a otros, unidos en la verdad, teniéndose paciencia unos a otros con la mansedumbre del Señor, no despreciando a nadie.
Cuando puedan hacer el bien, no lo posterguen, pues la limosna libera de la muerte. Todos ustedes estén sometidos los unos a los otros, teniendo una conducta irreprensible entre los paganos, para que por sus buenas obras (también) reciban la alabanza y el Señor no sea blasfemado por causa de ustedes. Pero pobre de aquel por quien sea blasfemado el nombre del Señor. Enseñen, pues, a todos la sobriedad en la que viven ustedes mismos".
Hoy también se celebra a la beata Rafaela Ybarra.