Hoy hablaba con mi hijo de los dones y del esfuerzo que conllevan. Es algo que muchas veces los padres no hablamos con nuestros hijos. Los dones. Sus dones. La conversación vino por sus buenas notas en el Conservatorio de Música, donde está estudiando Flauta Travesera.
Lo primero que hice fue explicarle lo que era un don. ¿Explicamos esto a nuestros hijos? Un don es algo que se te regala para que tú, a su vez, lo pongas al servicio, lo des, lo entregues. No es algo que tú consigues. No es algo fruto de tu experiencia ni de tu sabiduría ni de tu inteligencia. Es un regalo de Dios. Te lo da. ¿Para qué? Para que seas feliz, para que hagas felices a otros y para que lo glorifiques a Él y conduzcas tu vida y la de tu prójimo a Él.
Luego hablamos de lo feliz que se sentía él cuando tocaba la flauta, de lo contento que salía siempre del Conservatorio, de cómo, desde muy pequeño, tuvo instrumentos en sus manos y cómo la música le conmovía lo más hondo. Hablamos de su capacidad desde muy chiquitito para aprender música, de su sentido del ritmo, de su entonación y su sensibilidad. Pistas. Son pistas para descubrir un don. Porque los defectos son fáciles de ver y hemos de ser conscientes de ellos pero ¡los dones! tenemos que descubrirlos y conocerlos de igual manera. Los defectos no nos sirven para construir el Reino, los dones sí.
Y luego hablamos de la responsabilidad con el don recibido. Porque no se puede traicionar a un don. No se puede vivir de espaldas a él. No se puede enterrar. Sería enterrar a Dios mismo y enterrar nuestra propia felicidad y la de muchos. El don tiene que cuidarse y eso conlleva esfuerzo. Horarios exigentes, tiempos dedicados, sacrificios, paciencia, humildad… Porque el don está vivo. Tiene que crecer y desarrollarse. No es algo estático que está y punto. ¡No! ¡Cuánta gente vive de espaldas a sus dones! Sólo hace falta ver el mundo y comprobar que… demasiada.
Urge descubrir nuestro propio don. Urge que los padres y las madres ayudemos a nuestros hijos en esta bonita y ardua tarea. Urge.
@scasanovam