Tenían reuniones periódicas con, el hoy, Papa Francisco
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El Instituto Nuestra Señora del Buen Consejo es el escenario de una exitosa experiencia de integración: 60% de sus alumnos proviene de ese barrio carenciado. Todos siguen luego estudios universitarios.
"Las personas a veces te discriminan porque piensan que sos un delincuente por ser de la villa", dice Melanie Velázquez, 17 años, alumna de 4º del Colegio Buen Consejo, ubicado en la calle Santa María del Buen Ayre, en Barracas. "Me cambió la vida venir a este colegio –dice María Ugarte, de 17, que también está en 4º- y me gustaría demostrarle a la gente que no por ser pobres o humildes somos delincuentes, como lo prueba este colegio". (Vea toda la historia en el video, en el link al pie de esta nota)
Y Johana Zorrilla, que también vive en la villa, acaba de terminar 5º, y se prepara para ir a la Universidad, asegura: "Me sentí muy cómoda en este colegio, no viví ningún tipo de discriminación".
Se trata de un colegio casi centenario, fundado en 1918, que, como lo contó a Infobae Inés Miguens, la Directora de Estudios, "hace unos 12 años comenzó con un proyecto de inclusión social, tomando población que venía del colegio estatal". Hoy, el Buen Consejo tiene un 60% de alumnos provenientes de la Villa 21-24 y de Zavaleta, y el resto de barrios aledaños al Colegio, tanto de Capital como de zona sur del Gran Buenos Aires.
Los docentes del Buen Consejo coordinan el trabajo con los sacerdotes de la Pastoral Villera y en ese marco participaban de reuniones periódicas con el hoy papa Francisco que recientemente les envió un saludo de su puño y letra, rápidamente convertido en afiche...
La cuota que cobran es muy accesible. "Prácticamente no tenemos morosidad", dice Inés. El Gobierno de la Ciudad solventa el 100% de los sueldos docentes. El resto se financia con padrinos o donantes particulares que completan la cuota que pagan las familias.
"Todas las familias pagan, aunque sea una cuota módica, porque queremos que valoren el colegio y que ellos también tengan derecho a exigirnos", explica Martín Fernández, Desarrollador de Fondos.
Él es un convencido de lo acertado de esta modalidad: "Este es un proyecto de inclusión entre la villa y el barrio y una integración entre lo público y lo privado, cosas que a veces en Argentina se ven como antagónicas –dice-. Lo que buscamos es tender puentes. Una de las mejores apuestas que se puede hacer por el país es la educación. Este país sale adelante con educación y con cultura. Estamos apostando a eso a nivel comunitario, a nivel Barracas, Villa 21. Ojalá pueda replicarse esto en otros lados".
El éxito es tal que el Colegio tiene lista de espera. "Necesitamos más aulas", dice Martín. No sólo eso. El Instituto, tradicionalmente reservado a las niñas, debió ampliarse. "Los padres nos pidieron que abriéramos el colegio a los varones. Hace 4 años empezamos". Y en marzo próximo se inicia la construcción del anexo de varones en una fábrica abandonada, vecina al Colegio.
Casi el 100% de las chicas que salen del Buen Consejo van a la Universidad: "Es efectiva la educación, afirma Martín, no es una quimera, es real. Mucha gente, muchas familias han progresado gracias a la educación".
"Si hubiera ido a otro colegio no sé si tendría pensado estudiar una carrera", dice Tatiana Pérez, que quiere ser contadora.
El Buen Consejo, un bachillerato con orientación económica, tiende puentes con empresas para preparar a sus alumnas para el mundo laboral. "El Colegio les brinda una formación adicional para proyectarse mejor hacia un futuro profesional -explica Alejandra Fernández Pedemonte, la rectora del Secundario. Esto las fortalece en su autoestima, ayuda a que vayan construyendo su proyecto de vida (porque) se les pone la expectativa de que la realidad que viven puede cambiar".
A tal punto es así, que las chicas acaban de ganar un concurso impulsado por la Fundación Junior Achievement. A la Compañía de Bombones creada por las alumnas de 5º año le correspondió el premio al mejor Capital Humano y a la mejor Rentabilidad y el Primer Premio.
En este video, una visita al Buen Consejo, en la cual cinco alumnas de 4º y 5º año cuentan la experiencia de asistir a un Colegio en el que, como explica Inés Miguens, "conviven muy bien chicas de diferentes barrios, de diferentes medios, con mucha naturalidad, porque el colegio funciona como puente de encuentro".
Artículo originalmente publicado por Opus Dei