separateurCreated with Sketch.

Oración de la entrega total a Dios (de san Ignacio)

SUNSET GIRL PRAYER
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Carlos Padilla Esteban - publicado el 26/01/15
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
"Toma, Señor, toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, toda mi voluntad y todo mi corazón"

Muchas veces en la vida nos empeñamos en hacer lo que nosotros queremos y no nos abrimos con libertad a lo que Dios nos pide. San Ignacio lo describe en una conmovedora oración:

"Toma, Señor, toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento,

toda mi voluntad y todo mi corazón.

Todo me lo has dado, todo te lo ofrendo sin reservas;

haz con ello lo que Tú quieras.

Sólo una cosa te pido: tu gracia, tu amor y fecundidad.

Tu gracia

para que me incline con alegría ante tu voluntad y deseos;

tu amor

para creerme, saberme -y a veces sentirme- amado siempre como las niñas de tus ojos;

tu fecundidad

para que yo sea muy fecundo para ti y para María,

para nuestra obra común.

Así entonces seré rico en plenitud y no querré nada más".

Mi libertad. Son palabras fuertes. La libertad es un don sagrado. No queremos desprendernos de ella. Perder la libertad, dejar de ser libres para decidir. Nos parece mucho.

Mi memoria. Lo que he guardado como sagrado en el corazón. Entregarle lo que he vivido, mi historia personal.

Mi entendimiento. Para aceptar que no todo tengo que comprenderlo. ¡Cuántas veces en la vida queremos tenerlo todo bien ordenado! Queremos que las piezas del puzzle encajen perfectamente. Miramos hacia delante y hacia atrás deseando que nuestra vida tenga un orden perfecto. No es así y sufrimos. Entregamos el entendimiento, aceptando la posibilidad de vivir sin comprender, sin que todo tenga un sentido, una lógica aceptable.

Mi voluntad. Para no querer otra cosa que lo que quiere Dios.

Mi corazón. Para no amar otra cosa que lo que ama Dios.

Es bonito el gesto.

A veces nos sentimos superados por la vida, incapaces de seguir remando mar adentro. Sólo necesitamos la gracia de Dios, su amor y su fecundidad. Para que nuestra vida dé fruto en otros corazones. 

Damos fruto si nos entregamos, no si nos reservamos buscando nuestro deseo.

Abandonar nuestra vida en manos de Dios no parece nunca tan sencillo. Sobre todo cuando estamos hablando del sufrimiento.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.