Comienza la Semana de Oración por la Unidad de los CristianosRecuerdan los obispos de la Comisión de Relaciones Inter-confesionales de la Conferencia Episcopal Española, con ocasión de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, algunos gestos ecuménicos de gran importancia que tuvieron lugar el año 2014, por parte del Papa Francisco, como son:
La Declaración Conjunta, firmada en Jerusalén con el patriarca ecuménico Bartolomé I el 25 de mayo 2014, después de constatar la importancia del abrazo que se dieron el papa Pablo VI y el patriarca Atenágoras hace 50 años que preparó el camino para “remover de la memoria y de la mente de las Iglesias las sentencias de mutua excomunión de 1054”.
Su encuentro en los jardines vaticanos con los presidentes de Israel y de la Autoridad Nacional Palestina el domingo 9 de junio para rezar por la paz.
Su preocupación por la unidad de los cristianos y el diálogo entre la religiones en los demás viajes realizados a lo largo del año pasado, como el de Corea, el de Albania y el de Turquía.
La cercanía y cordialidad mostrada por el papa Francisco con los pastores y las comunidades cristianas del ámbito pentecostal y evangélico.
La reforma de la Iglesia que nos trae el Papa Francisco es también ecuménica. Una Iglesia menos autorreferente, una Iglesia en salida, es una Iglesia más ecuménica. No es difícil constatar que uno de los más preclaros termómetros del espíritu de comunión en la Iglesia es la sensibilidad ecuménica. Por un lado es evidente que quien no le da importancia a la comunión entre los católicos, menos valorará la comunión con los cristianos no católicos. Por otro, quienes tienen una concepción un tanto cicatera de la comunión, basada en la uniformidad y no en la unidad en la pluralidad, o basada en una actitud auto-defensiva de la identidad católica, tampoco entiende de ecumenismo, pero porque en realidad lo que no entiende es de comunión.
Es precisamente este segundo caso el mayor freno al ecumenismo tanto por parte de los católicos como por parte de otras confesiones cuando también están tentados a la auto-referencialidad que denuncia el Papa Francisco.
Gracias a Dios, la “revolución Francisco” va extendiéndose, y en algunas diócesis en las que el ecumenismo estaba reducido a la mínima expresión, despierta de su letargo con renovado espíritu en los pastores, que lo contagian a todos los miembros de la comunidad cristiana.