Asesinatos en contra de agentes pastorales de la Iglesia católica
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Cada año la agencia internacional Fides, publica, al término del mismo, la lista negra de los asesinatos en contra de agentes pastorales de la Iglesia católica en todo el mundo.
En esta ocasión, como ya se está haciendo una tristísima costumbre, es México, el segundo país con mayor número de católicos del mundo, y el país señero en lo que corresponde a la veneración de la Virgen de Guadalupe, el que encabeza esta lista negra.
Según el informe anual de Fides, en el año 2014 fueron asesinados en el mundo 26 agentes pastorales, tres más que en el año 2013. Por sexto año consecutivo, el número mayor de agentes pastorales asesinados se ha registrado en América, el continente que el Papa Francisco ha llamado “la sede de la esperanza”.
Ciertamente, el asesinato de agentes de pastoral católicos está creciendo en todo el mundo. De acuerdo con las estadísticas que maneja Fides, en los últimos diez años (2004-2013) han sido asesinados en el mundo 230 agentes pastorales, de los cuales tres han sido obispos.
El balance del 2014 es sombrío: fueron asesinados 17 sacerdotes, un religioso, seis religiosas, un seminarista y un laico. Por continentes, América asesinó a 14 agentes pastorales: 12 sacerdotes, un religioso y un seminarista. Le siguen África con siete agentes pastorales; con dos; Oceanía con dos y Europa con uno.
De los 14 agentes pastorales asesinados en América, cinco corresponden a México, tres a Venezuela, dos a Estados Unidos, uno a Canadá, uno a Colombia, uno a Nicaragua y uno a Perú.
En México fueron asesinados el padre Rolando Martínez Lara, asesinado durante un robo en su parroquia; el seminarista Samuel Gustavo Gómez Veleta, secuestrado y asesinado durante Semana Santa; don José Acuña Aserción Osorio, cuyo cadáver fue encontrado en las aguas del río Balsas; el padre de origen ugandés John Ssenyondo, encontrado en una fosa común junto a otros cadáveres, mientras se buscaban los cuerpos de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa; y, finalmente, el padre Gregorio López Grosotieta, secuestrado y asesinado en el Estado de Guerrero.
Además, se tiene noticia de que al menos dos sacerdotes más fueron secuestrados este año sin que hasta el momento se sepa nada de su destino.