Entrevista con el autor, editor y distribuidor de libros católicos Claudio de Castro
Claudio de Castro junto a su esposa Vida, han fundado un proyecto editorial católico que desde Panamá, donde residen, es un rayo de esperanza para muchos católicos en su país y en buena parte de la región centro y sudamericana. Un proyecto en el cual la vida sencilla del católico se va desplegando a cada título.
En 2014 la editorial logró editar o reeditar 73 títulos, la mayor parte de ellos escritos por el propio Claudio de Castro. Una experiencia singular, sin duda alguna.
Eres uno de los autores católicos más fértiles del mundo, o al menos me lo pareces. ¿Cómo puedes escribir tanto?
He comprobado que nada es imposible cuando confías en Dios. Escribo cosas sencillas, cotidianas, en las que cualquiera puede verse reflejado. Mis palabras carecerían de significado si el buen Dios no se hiciera presente y tocara los corazones de los lectores. Dios nunca deja de sorprenderme.
Tu vida de fe y tu vida de escritor, ¿se tocan?
Me gusta ser como el pintor cuya firma apenas se ve en un cuadro. Por eso mi vida es muy sencilla. Disfruto con mi familia, me encanta visitar a Jesús en el Sagrario, estar con Él, luego voy a la Biblioteca y escribo. Escribir es algo que me encanta hacer. Narro mis vivencias en familia, mis experiencias con el buen Dios.
¿Son tuyos todos los 73 libros que la editorial tiró en 2014?
En realidad sólo escribí 42 libros este año. El resto son de años anteriores que se reeditan y mejoran. Uno de ellos lleva casi 30 ediciones continuas.
Impresionante, ¿”solo” 42 libros en un año? Insisto, ¿cómo puedes hacerlo?
No estoy solo, me gusta trabajar en equipo. Yo escribo, diseño, diagramo; Vida, mi esposa, corrige los textos; mis hijos, sobre todo Luis Felipe de 10 años, están pendientes de mis libros y me dan ideas; tengo ilustradores católicos como la Hermana Gloria Rubio, que siempre nos apoya con sus ilustraciones. Nos acompañan nuestros amigos del Semanario Católico La Misión, en Guatemala, quienes han editado estos libros con una calidad impresionante. Y lo más importante, tenemos a San José haciendo maravillas desde el cielo y al buen Dios toca los corazones de los lectores. Si visitas nuestra página web www.tuslibroscatolicos.com vas a ver que es un trabajo colectivo, entre todos hacemos.
¿Y los recursos? ¿Cómo se financia todo este trabajo individual-familiar-colectivo?
La verdad, hace mucho dejé de preocuparme por este detalle. Algunos lo ven como el más importante. Yo lo veo al final. Lo más importante es que lleves a Jesús contigo donde quiera que vayas, con tus palabras, en tu corazón, en tus gestos. Suelo escribir en la muñeca de mi mano estas palabras: “Sagrario vivo”, para no olvidar lo que realmente somos.
Desde luego, tienes buenos tratos con Dios, si no…
La Providencia nunca falta. Han transcurrido once años y el Padre siempre ha provisto lo necesario. Al final, se pagan todas las cuentas y los libros llegan a sus destinos. ¡Es sorprendente! Descubrí que el Evangelio se cumple, cada promesa, cada palabra. Es real, y esto me basta para animarme a continuar.
¿Sientes que tu experiencia está contagiando a otros autores católicos para publicar sus textos?
A menudo me escriben personas de diferentes países que quieren empezar a escribir. Me encanta responder: "Confía. Dios siempre lo hace bien". La confianza hace la gran diferencia.
El 2014 te ha traído un contenedor lleno de libros: ¿son demasiados?
He visto mucho dolor a mí alrededor. Y he notado cómo un simple libro anima a las personas a continuar. Nunca son demasiados cuando piensas en el bien que puede hacer un libro. Siempre he pensado que mis palabras, por sí solas, no transforman, conmueven ni motivan a nadie. Son palabras a la espera, algo les falta. Súbitamente llega Dios y de alguna forma toca esos corazones… lo que ocurre entonces es digno de verse… Eso sí es grandioso. Es Él quien llena a las personas de esperanza y las motiva a buscar la santidad. Es Él quien hace lo verdaderamente importante.
Somos siervos inútiles…
En mis libros, le digo a las personas: "Tú puedes. Ánimo". Pero es Dios quien las levanta, las lleva en la palma de su mano y les muestra las maravillas de Su Amor.
¿Te sientes “tocado” por Dios para hacer lo que haces?
A veces me da por charlar con Dios. Imagino nuestras conversaciones. Suelo preguntarle: "¿Qué quieres de mí?". Ayer en Misa sentí que me decía: "Escribe". Y yo respondía: "Pero Señor, hemos traído miles de libros, hay que colocarlos, distribuirlos…" Y por respuesta repetía: "Escribe". Y yo, ¿qué puedo hacer? Nada, me siento a escribir, seguro que estoy en las mejores manos, las de mi Padre, tu Padre, nuestro Padre. Lo que hago es muy sencillo. Con estos libros, le digo todo el que puedo: "Dios te ama, eres especial para Él".
Veo que para ti la escritura es una forma de conversación más que de magisterio.
Una vez leí: "A veces descuidamos a Jesús, por las cosas de Jesús". Nos afanamos por tantas cosas y olvidamos a Jesús. No quiero que eso me ocurra. Quiero enfocarme más en Dios y mi familia, en escribir y compartir estas vivencias maravillosas, mostrarles a todos el motivo de mi esperanza. Y la forma que encontré, es escribiendo.
Son múltiples los caminos para mostrar el Misterio, ¿no te parece?
Nada de lo que escribo se compara a las maravillas que experimentas cuando te encuentras en la presencia extraordinaria de Dios. Es un misterio que no se comprende a plenitud. Debes experimentar a Dios para conocerlo, amarlo y anhelar estar con Él.
¿Qué planeas seguir haciendo?
¿Qué planes tengo para el futuro? Tengo muchos, grandes sueños, pero no dependen de mí. Sólo sé que será estupendo. He colocado o un letrero grande junto a mis libros que dice: "Con Dios, lo mejor está por venir".